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La Real Academia Española rechaza el lenguaje inclusivo

noviembre 28, 2018
«El masculino, por ser el no marcado, puede abarcar el femenino en ciertos contextos. No hay razón para pensar que el género masculino excluya a las mujeres en tales situaciones», se sostiene en el nuevo manual publicado por la RAE.
Por estos días, la Real Academia Española publicó un nuevo manual llamado «Libro de estilo de la lengua española». Entre sus páginas, hace referencia al llamado lenguaje inclusivo, que impulsa el movimiento feminista.
«Todos y todas», «todes», «todxs» o «tod@s» son construcciones que la Real Academia rechaza. Es que la institución considera que el género masculino de las palabras, «por ser el no marcado, puede abarcar el femenino en ciertos contextos», se explica en el manual.

Como suele suceder este tipo de publicación se realiza para funcionar como guía ante interrogantes idiomáticos que han surgido en los últimos años y que, en casos como el del lenguaje inclusivo, han llegado a despertar alguna polémica.

«El problema es confundir la gramática con el machismo», dijo Darío Villanueva, director de la RAE, ante esa solicitud: es la postura que la Academia vuelve a tomar en su manual de estilo y que, adelantaron desde la institución, muy probablemente tomará al elaborar su informe sobre la Constitución.

«No hay que confundir gramática con machismo», dicen

El manual de estilo que acaba de editar la RAE, del que se imprimió una primera tirada de 10.000 ejemplares y que en España se vende a 24,90 euros, no sólo se dedica a rechazar el lenguaje inclusivo.

También se refiere a dudas que surgen de una vida cotidiana cada vez más asociada a la tecnología: para eso, el libro incluye un glosario con términos como «tuit», «yutubero» o «guasap». Y hace recomendaciones tales como escribir «pirata informático» en vez de «hacker». O, en todo caso, apelar a la castellanización y tipear «jáquer». Algo parecido ocurre con el dispositivo de almacenamiento «pen drive»: la RAE invita a escribir «memoria USB» o «lápiz de memoria». Asimismo, sugiere no superar los tres signos de exclamación para dar mayor expresividad a las frases, y que los mismos se ubiquen al principio y al final.