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Condenaron a dos policías por vejar a dos jóvenes en la zona rural de Villaguay

mayo 21, 2019

Los uniformados deberán cumplir tres años de prisión condicional. No podrán ejercer la función pública por el término de seis año

Acusadores. Salvatelli y el fiscal habían solicitado prisión efectiva en sus alegatos. 

En fallo unánime dos funcionarios policiales que trabajan en la zona rural del Departamento Villaguay fueron condenados a prisión condicional por vejar a dos adolescentes de 16 y 18 años en abril de 2015.
Los Policías buscaban acusar a los jóvenes o sacarle información sobre un robo que había padecido una familia en Aldea Díaz.
El caso tuvo el agravante de que el mayor de los gurises no pudo superar la humillación que le provocaron los uniformados y se suicidó.
El motivo se lo escribió a los padres a través de un mensaje de texto que fue utilizado como prueba en el debate.
Los condenados son el sargento ayudante Ricardo Daniel Villaverde, de 46 años, quien declaró durante el juicio y reconoció el operativo, pero dijo que no hubo golpes ni simulación de ejecución; y el agente José María Aranda, de 28 años, quien se llamó a silencio.
El abogado querellante, Alberto Salvatelli, destacó el trabajo mancomunado que se realizó con el fiscal Juan Manuel Pereyra, quien estuvo acompañado por su colega (ambos de Villaguay) Mauro Quirolo.
Sobre la condena: «Está dentro de los parámetros de la condena que esperábamos», y añadió: «Ellos (por los familiares) lo que querían era una condena. Querían justicia y la obtuvieron. Ellos no querían quedarse con las manos cruzadas. Más que nada por la familia Olote que perdió un hijo».
En el adelanto de la parte resolutiva de la sentencia, el tribunal integrado por los vocales, Evangelina Bruzzo, Rubén Chaia y Mariano Martínez dispuso además de la pena de tres años de prisión condicional, seis años de inhabilitación para ejercer cargos públicos.
También se resolvió que los condenados deben concurrir a la comisaría más cercana semanalmente para informar su domicilio, el cual no podrá variar sin autorización judicial. No pueden salir de Entre Ríos ni acercase a las familias de las víctimas a menos de 100 metros de distancia.
Los fundamentos del fallo estarán a disposición de las partes el 28.
Desde ese día las partes tienen 10 días hábiles para presentar un recurso de Casación. Cabe señalar que Aranda está enfrentando una causa por violencia de género. En caso de recibir una condena mínima irá a prisión por superar los tres años.
Los hechos
La causa se inició a raíz de los hechos ocurridos la noche del 19 de abril de 2015, en oportunidad que el menor JL de 16 años y su amigo Misael Olote, de 18 años, fueran interceptados por personal policial en un camino vecinal cercano a Aldea Farías de Raíces Oeste, ubicada a la altura del kilómetro 97,5 de la ruta nacional 18. Ambos jóvenes transitaban en un Renault 12 de Olote, cuando fueron detenidos por los funcionarios Villaverde y Aranda, que en ese momento prestaban servicio en la comisaría local, los que hicieron bajar del auto a los amigos.
Fue allí que los requisaron y comenzaron a preguntarles por la supuesta tenencia de armas y sobre si sabían algo de un robo a la familia Valentini.
Según señalara el fiscal, en esos momentos pasaron una camioneta y un camión, cuyos conductores Alvarado y Pérez, vieron lo que estaba pasando, siendo interceptado el camión en el que iba Pérez, que luego de hablar con los funcionarios siguió su camino.
Villaverde y Aranda continuaron con lo que estaban haciendo y comenzaron a amenazar a los chicos y a golpearlos, señalándose que Villaverde separó al menor JL hacia un lado y le puso el arma en la cabeza al menor, previo montarla para un supuesto disparo, continuando con las amenazas y tratando de involucrar a los jóvenes con el robo ocurrido días antes.
Con el correr de los minutos, ambos uniformados dejaron ir a los chicos, pero les advirtieron de que no dijeran nada de lo sucedido y que no querían volver a verlos juntos.
Tras estos hechos, a la mañana siguiente, el joven Misael Olote fue hallado muerto en un campo, producto de haberse ahorcado, se presume que atemorizado por los sucesos anteriores, habiendo dejado mensajes de texto a sus familiares en los que decía que «la cosa se puso fea y que quería quedar en paz».