Durante tres años en Perú se entregó gratuitamente a 2376 voluntarios un sustituto de la sal que contenía potasio, reemplazando el 25% del contenido usual de cloruro de sodio en la sal de ese país. El resultado fue una reducción promedio en la población general de la presión arterial (máxima y mínima), mientras que el efecto fue mayor si las personas tenían diagnóstico previo de HTA (18% de los participantes). De igual manera, el uso de este sustituto redujo un 55% de la aparición de nuevos casos de hipertensión arterial.
El estudio fue presentado por científicos de la Universidad Peruana Cayetano Heredia y patrocinado por la National Heart, Lung and Blood Institute de los Estados Unidos en el marco de una alianza mundial para el tratamiento de las enfermedades crónicas. La relevancia estuvo asociada a que, por primera vez, se evaluó si los voluntarios percibían la diferencia entre la sal sustituta y la convencional, y el resultado fue que no notaron cambios en su sabor hasta una reducción de 35% del sodio.
El trabajo denominado «Salt substitution and community-wide reductions in blood pressure and hypertension incidence» fue presentado por el Prof. Jaime Miranda en una sesión especial durante el Congreso de la European Society of Cardiology y el Congreso Mundial de Cardiología, realizados conjuntamente en París.
La Dra. Carol Kotliar, Directora Científica del Centro de Hipertensión Arterial del Hospital Universitario Austral, participó de la presentación y explicó la importancia de este estudio: «Consideramos que las personas sensibles a la sal (60% de la población) se beneficiarían con este sustituto estudiado por los colegas y nos llama mucho la atención el gran avance en presentar estos datos que también mostraron que la reducción de solo 25% de la cantidad de sal podría ser muy eficaz para reducir nuevos casos de HTA en quienes aún no la padecen».
Los pacientes considerados resistentes o sensible a la sal son aquellos que a las 2 o 4 horas de haber ingerido una carga elevada de sal, eliminan gran cantidad de sodio en orina y su presión arterial no se eleva de manera significativa.
Entre los resultados, el estudio destacó que una reducción de PAS de 2 mm Hg (el promedio fue de 1.23 y 1.92 para pacientes diagnosticados con HTA), se asocia a un 10% de reducción de la mortalidad por stroke, y 7% de reducción de enfermedad isquémica cardíaca y muerte de causa vascular.
La Dra. Kotliar agregó que «sería necesario replicar este estudio en nuestro país para poder extrapolar los resultados. No creo que reducir la sal un 25% pueda tener consecuencias desfavorables y, sin duda, traería beneficios, especialmente si se conserva el sabor que es la limitación para lograr que las campañas tengan más efecto que el logrado hasta ahora».