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Crimen de Nahiara: Perpetua para el padre y 16 años de cárcel para la madrastra

mayo 14, 2020
Miguel Cristo recibió la pena máxima. El Tribunal consideró una serie de atenuantes para no hacer lugar al pedido de perpetua para Yanina Lescano. Seguirán con domiciliaria hasta que la sentencia quede firme.
El Tribunal condenó, por unanimidad, a la pena de prisión perpetua a Miguel Ángel Cristo por ser autor material y penalmente responsable del delito de Homicidio calificado por el vínculo con ensañamiento y alevosía de su hija Nahiara; mientras que declaró a Yanina Soledad Lescano, autora material y responsable del delito de Homicidio calificado por el vínculo, mediando circunstancias extraordinarias de atenuación, y en consecuencia la condenó a la pena de 16 años de prisión.
«Cristo es el autor material de la múltiples lesiones que le provocan la muerte a Nahiara; el imputado desplegó durante un período de tiempo de más 40 días un accionar positivo para ejecutar de manera crónica y sistemática actos de inusitada violencia contra la víctima utilizando elementos duros y romos, líquidos calientes, elementos redondeados e incandescentes, elementos para atarla comprimirla e inmovilizarla», aseguró el juez Gervasio Labriola durante la lectura de la sentencia.

Mientras que para el caso de la madrastra de Nahiara, el Tribunal «desechó todas las manifestaciones de violencia de género y sumisión que alegó ser víctima, confirmó que no existió violencia física sobre su cuerpo porque no fueron constatadas lesiones, tampoco estuvo encerrada o privada de su libertad porque disponía de llaves para salir de la casa, ni estaba incomunicada porque eso se comprobó por las asiduas comunicaciones que mantenía personalmente y por teléfono antes, durante y después del hecho; tampoco existió violencia psicológica, verbal ni coacciones por parte de Cristo hacia Lescano porque aquellas amenazas hasta con arma de fuego que ella refirió se contradicen al no ser halladas en el domicilio; tampoco es cierto que Lescano haya recibido amenazas de parte de la familia gitana de Cristo porque de los informes de Copnaf surge que todos manifestaban vínculos amorosos frente a la niña, que de hecho vivió en un ambiente óptimo de contención durante su estadía en la casa de los abuelos paternos; tampoco se detectó la violencia económica que alegó la defensa de la imputada porque ésta tenía su documentación y tarjetas de crédito y débito».

En desarrollo.

(ELONCE)