Todos los 22 de noviembre desde el 1594 se conmemora el Día de la Música en homenaje a su patrona Santa Cecilia.
A finales del siglo II, cuando la religión católica aún no era aceptada en el Imperio Romano, la joven Cecilia fue obligada por sus padres a casarse con otro joven de la misma sociedad patricia: Valeriano. Luego de ser bautizado el esposo adoptó la religión de su mujer.
Una vez converso, Valeriano junto a su hermano Tiburcio, se encomendaron a sepultar cadáveres cristianos, lo que estaba prohibido en ese tiempo. Al ser descubiertos los hermanos fueron arrestados y ante la negativa de convertir su fe, fueron torturados y condenados a muerte.
Cuando detuvieron a Cecilia que tampoco quiso renunciar a su religión cristiana, fue trasladada hasta a un horno caliente para que la sofocación sirva como tortura. A pesar del sufrimiento, Cecilia cantó alabanzas a Dios y fue condenada a muerte. El 22 de noviembre del año 230, el alcalde romano Almaquio ordenó que la decapitaran. En 1594, el Papa Gregorio XIII nombró a Cecilia como patrona de todos los músicos y los homenajes no tardaron en aparecer