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Pandemia en Entre Rios: 24.000 estudiantes abandonaron la escuela

marzo 20, 2021

Es el 5% del padrón total de Entre Ríos. El plan Presentes, para la revinculación. Virtualidad forzada, sistema bimodal y los nuevos paradigmas en pandemia.

Hace exactamente un año Facund, de 6 años, que llevaba sus dos primeras semanas en el aula de primer grado, comenzaba a aprender a leer y escribir, sumar y restar, en el comedor de su casa, de la mano de su papá y bajo la supervisión a distancia de su seño Claudia, con la que casi no alcanzó a tomar confianza y de la que sólo guardaba el lápiz con emoji que le regaló el primer día a modo de bienvenida. Quería el juego de los recreos y le costaba entender que la mochila nueva, los lápices y él mismo no harían un mismo recorrido todos los días hasta llegar a su escuela.

Francisco a su vez iniciaba su último año en la escuela secundaria y mientras definía que estudiar después, pensaba en su viaje de egresados, en la recepción, en la despedida de una etapa, pero nada de eso estaba destinado a cumplirse en medio del aislamiento obligatorio por la pandemia del Covid-19. Nahiara estaba los últimos años de su profesorado, ya concentrada en las prácticas presenciales y obligatorias. No podía creerlo. Su sueño de recibirse ese año se esfumaba por cuestiones ajenas a sus ganas y decisión. La pandemia cambió todo. Nada sucedió como estaba previsto. Las situaciones que se dieron fueron de las más diversas. Los ejemplos miles. Padres, docentes, directivos, alumnos, todos debieron moverse de sus roles, de sus actividades, de su lugar para empezar a transitar un nuevo modo de aprendizaje. Lo que hoy, en un 2021 signado por el sistema de enseñanza bimodalidad, puede verse como un posible nuevo paradigma.

A un año del inicio de una de las pandemias más desafiantes y que aún se transita, unos 24.000 estudiantes quedaron fuera del sistema educativo, en su mayoría de nivel secundario y por eso desde el Consejo General de Educación (CGE) se lanzó el programa Presentes que ya funciona en cinco departamentos, para recuperar a esos alumnos que, por diferentes realidades, abandonaron sus estudios.

Hoy es posible sacar algunas conclusiones preliminares sobre cómo se adaptó Entre Ríos al modelo de educación virtual. ¿Se agravaron las desigualdades y la brecha del conocimiento? ¿Fue positiva la transformación digital? ¿El aprendizaje no se detuvo? ¿Ningún estudiante quedó atrás?

Reflexiones sobre la virtualización forzada y el valor de la presencia en tiempos de pandemia.

“Fue un año muy complejo. Iniciábamos recién la gestión con un proyecto y una idea de lo que queríamos hacer en las escuelas y de pronto tuvimos que repensar en un dispositivo de trabajo inédito en un contexto incierto. Incluso iniciamos este proceso de pandemia pensando en que sería transitorio y eso fue complejo, cuando hay certezas podes planificar pero no podíamos saber de plazos. Ese fue nuestro mayor desafío, planificar y gestionar en este contexto”, dijo a UNO Claudia Azcárate, directora de Planeamiento Educativo del Consejo General de Educación (CGE).Por eso: “Pensamos en un dispositivo doble que centralice a partir de documentos y orientaciones claras qué era lo que proponíamos como Consejo y después habilitar en las escuelas en territorio un proceso de cierta autonomía, atendiendo las diferencias y particularidades de cada una”, sostuvo.

En 2021 se implementó el sistema de enseñanza bimodal: “La decisión no sólo tiene fundamentos pedagógicos, también epidemiológico. Lo charlamos mucho con referentes del área de Salud. Desde una perspectiva de la salud integral los chicos necesitan volver a las aulas. La escuela es necesaria para el desarrollo integral de niños y adolescentes. Por otro lado, evaluamos que hay ciertos procesos de la presencialidad que es imposible replicar desde la virtualidad, sobre todo en los primeros años de la enseñanza”, detalló.

Azcárate también hizo referencia a los cambios que se vienen: “Pensamos en aprovechar la coyuntura para instalar ciertas transformaciones estructurales. Hay ciertos modelos que están agotados y seguimos sosteniendo. La pandemia nos dio la posibilidad de repensar ciertos modos de hacer las cosas en la escuela y también en lo laborales como procesos de digitalización de tramites. Logramos la despapelización y desburocratización de ciertos trámites, eso hay que sostenerlo. También revisar los formatos disciplinares de las escuelas secundarias”.

La pandemia más allá de todo “nos habilitó la posibilidad de repensar cambios, de pensar en la revisión curricular, no centrados en contenidos específicos sino avanzar en saberes complejos. Tenemos un modelo educativo muy centrado en la memoria y en adquirir saberes en forma aislada, eso se debe cambiar”, consideró.

Programa Presentes

La directora de Planeamiento Educativo del Consejo General de Educación hizo referencia a un programa destinado a ayudar a niños y adolescentes que abandonaron la escuela a regresar. Se llama Presentes (enmarcado en el plan nacional Acompañar) ya funciona desde fines del año pasado en Concordia, San José de Feliciano, Islas del Ibicuy, Colón y Gualeguay. Se extendió este año a Paraná y Gualeguaychú y se planea ya en abril su funcionamiento en la totalidad de los departamentos entrerrianos.

“El programa tiene como objetivo acompañar a la escuela a los chicos que por diferentes cuestiones dejaron la escuela. Trabajamos con asociaciones, ONG´s, universidades, movimientos populares y también con el instituto Becario y con promotores educativos que van hasta la casa de estos alumnos para brindarle opciones y acompañarlos para que regresen este año en un sistema bimodal”, explicó.

Azcárate confirmó que en Entre Ríos durante la pandemia 24.000 estudiantes abandonaron la escuela, en su mayoría pertenecen al nivel secudario. Se trata de un 5% del padrón total de alumnos.

“En la escuela secundaria todavía es alto el indice de deserción. Durante el primer ciclo de la secundaria es donde más se pierden estudiantes, algunos de ellos se recuperan en la Educación para Adultos, otros no. En la pandemia muchas familias definieron que los chicos retomen al año siguiente, otros a lo largo del año fueron tomando la decisión obligados por la situación. Lo cierto es que un 5% del total de la matrícula por diferentes motivos se desvinculo o no enviaba los trabajos”, dijo.

“Los docentes naturalizamos infraestructura que no son acordes”

Carlos Andrade es secretario de prensa de Agmer Paraná y en diálogo con UNO recordó lo acontecido en marzo de 2020, con el inicio de la pandemia del coronavirus. “Fue impensado lo que pasó. La pandemia reveló que en muchos casos las instituciones no estaban preparadas para enfrentarla: sin insumos, sin Internet, con docentes que tuvieron que reorganizar su vida familiar, utilizar sus teléfonos y tratar de solucionar sobre la marcha eso que estaba pasando y que nos impedía estar en nuestro lugar, en las aulas”, explicó.

“Este 2021, con sistema bimodal y escuelas que no están en condiciones. Hicimos un relevamiento de escuelas que empezamos en noviembre de 2020 y registramos escuelas sin agua, sin sanitarios y cuando pensamos en la cumplimentación del protocolo, vimos que era imposible. Ejemplos, la escuela Bazán y Bustos o la Neuquén en Paraná, la desidia es de años, no es posible el dictado de clases porque realmente no están en condiciones. Hablamos de aulas burbujas y aislamiento y claramente hay instituciones educativas que no cuentan con el espacio necesario. Algunas tienen como único lugar el patio, hay aulas con ventanas que no abren. La realidad es que los docentes hemos naturalizado infraestructura que no son acordes ni dignas ni para docentes ni para estudiantes. Faltan inversiones significativas en infraestructura y esto no es nuevo”, reflexionó el docente.

Carpa blanca y reclamo

Andrade indicó que la Carpa Blanca frente a Casa de Gobierno en Paraná surge “a partir de la sordera del Gobierno Provincial. Es la respuesta a la necesidad de que el Gobierno Provincial escuche un reclamo que tiene que ver con la realidad, con el incremento de combustibles, del costo de vida. Un docente inicial cobra 23 mil pesos. Recibimos bonos en negro. El docente sigue en la línea de pobreza”, mencionó Andrade y habló sobre docentes que deben trasladarse de una localidad a otra para dar clases, del costo del transporte, del impedimento de “hacer dedo” o viajar en grupo por cuestiones sanitarias y otros factores que hacen que el “el docente dicte clases preocupado por llegar a fin de mes”, señaló.

Por otra parte, habló de la profundización de la desigualdad: “La pandemia marcó mucho más la desigualdad social. Muchos trabajadores perdieron su fuente laboral, en las viandas escolares se alimenta el niño y la familia, los que tienen comedores y copa de leche lo saben. Muchos gurises necesitan la escuela para alimentarse y para recibir contención también”, consideró.

La escuela pública, como espacio de encuentro

La magister Claudia Vallori, expresidenta del CGE consideró: «El impacto del cierre de las escuelas fue tremendo no sólo a nivel provincial, nacional, sino que a nivel mundial, afectando los aprendizajes, la protección y el bienestar de niños, niñas y adolescentes. La evidencia muestra que son los chicos y chicas más vulnerables quienes sufren las peores consecuencias. Sostengo y lo reafirmo que durante el ciclo lectivo 2020 hubo clases…Todos los docentes, el personal de las escuelas de los distintos niveles y modalidades hicieron un enorme esfuerzo. De un día para otro se sumergieron en una didáctica a distancia, con lo que tenían disponible, reinventándose, aprendiendo lo que no sabían, equipándose, con sus propios recursos así como los niños, los jóvenes y los adultos desde su condición de alumnos/estudiantes se las ingeniaron para aprender. Massimo Recalti (en Didáctica a Distancia) expresa ´No hay duda de que la vida escolar implica cuerpos, la existencia de una comunidad en presencia. Y no cabe duda de que la didáctica a distancia fue un sustituto muy agotador de la imposibilidad de reunirse en persona. (…)´»

Vallori indicó además: «Coincido, además, que en este terrible año 2020 se aprendió a admirar el esfuerzo de muchos profesores. No ha sido fácil. En algunos casos muy difícil. Tanto la transmisión del conocimiento como la calidad del aprendizaje se vieron y ven afectados. Todo lo que se hizo era con lo que se disponía, y no con lo que idealmente debería estar. No estábamos preparados como docentes, no era una planificación programada de educación a distancia, sino era educación en contexto de pandemia, aislado, solo o con lo que teníamos para comunicarnos. No había una programación ideal. El proceso fue en espiral, compuesto por desconciertos, caídas, derrotas y recuperaciones, reinicios, reaperturas y nuevos intentos. Las familias acompañaron y otros actores de gobierno u ONG aportaron para hacer frente a esta situación generada por la pandemia, se reformularon hasta las organizaciones familiares. Ahora bien, también es cierto que sucedió que muchas familias no pudieron acompañar las trayectorias de los estudiantes, ya sea por su nivel de escolaridad o porque no contaban con las herramientas tecnológicas o de comunicación para hacerlo».

«Considero y acuerdo con muchos pedagogos, docentes, estudiantes del tema que la pandemia visibilizó la importancia de la escuela pública como espacio no solo de construcción de conocimiento, sino también de encuentro. La escuela como el espacio donde se construye el vínculo con el otro. Sabemos que a partir de lo sucedido se afectaron los aprendizajes de los estudiantes, pero quienes integran, administran el sistema educativo pueden llevar a cabo políticas públicas que incluyan proyectos, programas que den respuestas para acompañar trayectorias educativas interrumpidas, con mayor flexibilidad, con otros formatos: como grupos de aceleración, tutorías, entre otros, para disminuir las brechas de las desigualdades», expresó Vallori

También hizo mención de la necesidad de facilitar el regreso de los niños, niñas y adolescentes en condiciones de mayor vulnerabilidad; tanto de aprendizaje y bienestar, que se consideren sus necesidades educativas y de revinculación; sin descuidar lo sanitario y siempre que las condiciones lo permitan. Y el acompañamiento al fortalecimiento de las escuelas, con infraestructuras acordes, auxiliando a los docentes, formándolos y con mayor equipamiento tecnológico e insumos. «Sólo saldremos fortalecidos desde las mayores autonomías institucionales, desde la construcción colectiva, en grupos de trabajos compartidos y colaborativos y con mayor financiamiento, reconociendo el trabajo de los docentes con remuneraciones acordes, revalorizando su tarea; recuperando la misión de enseñar y el valor de la escuela pública, que es con todas y todos y para todos», concluyó.

Por Valeria Girard