El dirigente social denunció que fue agredido y expulsado del país. Viajó como parte de una misión ante la conflictividad social.
El dirigente social Juan Grabois denunció este martes que fue «detenido» y «agredido físicamente» y que no se le permitió el ingreso a Colombia, a donde había viajado en el marco de una misión internacional ante la conflictividad social que se vive en aquel país.
Pasadas las 20 de este martes, Grabois informó que el gobierno colombiano directamente lo expulsó de su territorio por considerarlo un «riesgo para la Seguridad de Estado».
Grabois añadió: «Me han retenido la documentación y el equipaje. Me suben custodiado a un vuelo a Lima, sin explicación de mi ulterior destino. Son tiempos de cambio para América Latina. Nada va a ser fácil. Pero despertamos. Adiós Colombia ¡Fuerza!».
Fuentes del gobierno colombiano consultadas por Clarín, confirmaron la expulsión. «Será deportado esta misma noche (por este martes). Nuestro gobierno, en uso de la facultad de recibir en su territorio a quien considere que es merecedor de ese derecho, sostuvo que, en las actuales circunstancias, el señor Grabois no es bienvenido a nuestro país y por eso fue inadmitido».
Las primeras informaciones del caso las difundió el propio Grabois desde su cuenta de Twitter. También fue demorado un abogado que lo acompañaba y era parte de la Misión Internacional de Solidaridad y Observación de Derechos Humanos, que integra el dirigente piquetero.
«Detenido y agredido nuevamente por un gobierno autoritario. Ahora en un cuartito. Esperando. Mis compañeros argentinos y colombianos intentando resolver afuera ¡no tenemos miedo! La Patria Grande está de pie», tuiteó Grabois por la tarde.
Según el diario El Tiempo, Migración Colombia argumentó que «al momento de realizar el proceso de control migratorio el pasaporte presentaba una inconsistencia, razón por la cual se le pidió que acompañara al oficial a donde el Supervisor con el fin de realizar las consultas correspondientes».
Añadieron: «En ese instante el señor comienza a agredir verbalmente al Oficial diciéndole que no tiene por qué acompañarla a ningún lado y a argumentar que tiene todo el derecho de entrar y que lo que se quiere es secuestrarlo. En ese momento, debido a la falta de respeto del extranjero hacia el Oficial, se procede a no autorizar su ingreso al territorio nacional. Una decisión que le fue ratificada por la Supervisora».
Fuentes colombianas lo ubicaban a Grabois -en la noche de este martes- «en las puertas del avión» que ejecutaría su expulsión del país, con destino a Lima, Perú. «Interpuso todo tipo de recursos para que no lo deportaran», revelaron aunque los intentos resultaron infructuosos.
Desde Cancillería argentina, confirmaron que el dirigente recibió «asistencia consular» ante lo sucedido, pero se distanciaron de los pormenores al sostener el derecho de Colombia a decidir sobre la cuestión.
«Hace alrededor de una hora, cuando realizaba el ingreso migratorio, saltó un alerta -según me informaron- en el sistema. Fui derivado a una supervisora que me informó que se me denegaba el ingreso. Solicité que se me informe la causal, me indicaron que debía retirarme del lugar y me llevaban a un lugar desconocido», dijo Grabois.
Siguió: «Habida cuenta de las violaciones de DD.HH. que se sucedieron en Colombia nuestro protocolo acordado con congresales colombianos era que siempre estuviéramos acompañado por un abogado y testigo».
Según el dirigente, solicitó por ese motivo la presencia de su abogado de apellido Jalil. «En ese momento -continuó- el personal de seguridad se puso muy agresivo. Nos llevaron a la fuerza a una puerta sin conexión con el resto de las instalaciones donde fui agredido a través de empujones y de un golpe en el rostro».
Finalmente, Grabois dijo que le informaron que su presencia «era una amenaza para la seguridad del Estado Colombiano».
Antes, en Bolivia
Otro caso similar había ocurrido en octubre de 2020 cuando el diputado del Frente de Todos, Federico Fagioli, fue retenido al llegar a Bolivia. Alineado también con el oficialismo argentino, había arribado como parte de una comitiva de legisladores argentinos para participar como veedores en las elecciones del país vecino.
Al llegar al aeropuerto de El Alto, en La Paz, Migraciones impidió en ese momento el ingreso al país de Fagioli, quien utilizó su cuenta de Twitter para denunciar el episodio: «Este es otro claro ejemplo de la avanzada de la derecha sobre las democracias en nuestro continente». Finalmente pudo ingresar al país vecino recién después de diferentes gestiones del Gobierno argentino.
El propio Grabois había sufrido un incidente en un aeropuerto en Santa Cruz de la Sierra, en 2019.