El choque fue durante una protesta convocada contra la visita de Alberto Fernández, antes de que comenzara en la Casa Histórica la celebración central del Día de la Independencia
SAN MIGUEL DE TUCUMAN.- El presidente Alberto Fernández encabezó este mediodía en Tucumán los actos centrales por los 205 años de la Declaración de la Independencia en la Casa Histórica. Pero su llegada estuvo marcada por un clima de tensión y violentos incidentes que se registraron en la previa del arribo del Presidente.
Los choques fueron entre la Policía y manifestantes que protestaban contra la visita de Fernández. Tal como estaba anunciado, referentes de entidades rurales, comerciantes y ciudadanos autoconvocados se congregaron a las 10 en la Plaza Urquiza de la capital tucumana e iniciaron una marcha por las calles céntricas con la intención de trasladarse a la plaza Independencia, ubicada a metros de la Casa Histórica, donde tuvo lugar el acto central encabezado por el Presidente.
Con la ayuda de un tractor y algunos vehículos, los manifestantes lograron sortear dos vallados policiales ubicados en la calle 25 de Mayo, pero al llegar a la esquina de esa arteria con San Juan, a tres cuadras de la plaza Independencia, efectivos de Infantería y el Grupo Cero les impidieron el paso y se produjeron incidentes. Hubo intercambios de golpes de puño y patadas, y la policía realizó disparos con balas de goma para tratar de dispersar a los manifestantes, que respondieron arrojando piedras contra los policías.
De la protesta participaron personas de todas las edades, con banderas celestes y blancas y pancartas en las que expresaban su descontento con la visita presidencial. “Señor presidente, usted no me representa”, “Basta de impunidad”, “Ladrones de vacunas”, “Salvemos a la Patria” y “Libertad para trabajar”, son algunas de las consignas que los manifestantes escribieron en sus carteles.
Esta es la primera vez que Fernández viajó para encabezar presencialmente los festejos por el Día de la Independencia en Tucumán, teniendo en cuenta que en 2020 los actos se realizaron de manera remota debido a la situación epidemiológica por el coronavirus.
A diferencia de otros años, cuando el peronismo organizaba grandes movilizaciones para acompañar la llegada del presidente el día en que Tucumán se convierte en Capital de la República Argentina (pasó con Néstor y con Cristina Kirchner), este año no hubo ningún acto político. Manzur tenía previsto organizar un almuerzo con dirigentes peronistas en el hipódromo de Tucumán, pero el mitin fue suspendido por pedido del propio presidente, quien solicitó que prevalezca la institucionalidad en los festejos del 9 de julio.
Acompañaron al presidente en su visita a Tucumán la primera dama, Fabiola Yañez, y ministros del gabinete nacional.
También fueron invitados al acto central para acompañar a Fernández y a Manzur, el vicegobernador Osvaldo Jaldo; la presidenta de la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, Claudia Sbdar; los titulares del Ministerio Público Fiscal, Edmundo Jiménez, y del Ministerio Pupilar y de la Defensa, Washington Navarro Dávila; y el presidente del Tribunal de Cuentas, Miguel Terraf.
Tensión política
La visita presidencial a Tucumán se dio en un clima de tensión política por la pelea interna que enfrenta al gobernador Manzur con su vice Jaldo, en la lucha por la sucesión, que tendrá lugar en 2023. Sin representantes de su espacio en la lista de candidatos que Manzur consensuó con Alberto Fernández y Cristina Kirchner de cara a las elecciones legislativas nacionales, Jaldo avisó esta semana que tiene decidido competir en las PASO de agosto con una lista propia de postulantes.
En ese contexto, en el ámbito local hay una gran expectativa por el reencuentro de Manzur y Jaldo para participar de los actos patrios y se especula con la posibilidad de que, con Fernández como mediador, se imponga una tregua, al menos por este año. Por lo pronto, Jaldo dijo que estará junto a Manzur y al presidente para participar de los actos oficiales. “Vamos a estar acompañando”, expresó.
Tal como sucedió en las últimas incursiones del presidente por otras provincias, como Salta y Córdoba, Fernández debió enfrentar un clima de creciente malhumor social con el manejo de la pandemia por parte del gobierno nacional. “Este 9 de julio no hay nada para festejar, a pesar de ser una fecha importante para Tucumán y el país. Surgió la inquietud de autoconvocados de distintos sectores, tanto agropecuario, docente, salud y gastronomía, de hacer una movilización para expresar nuestro descontento por toda la situación del país”, expresó Augusto Battig, directivo de la Asociación de Productores Agrícolas y Ganaderos del Norte Argentino (Apronor), uno de los organizadores de la protesta.
El dirigente rural había anunciado que el objetivo de la manifestación era “hacer visible el descontento de la sociedad” un día en el que Tucumán sería la vidriera del país por los festejos del 9 de julio.
Otra convocatoria, realizada a través de redes bajo la consigna “¡Oh juremos con gloria morir!”, invitó a sumarse a un acto desde las 15, frente al Monumento al Bicentenario, en la zona norte de la capital tucumana, para acompañar un desfile de gauchos a caballo y entonar las estrofas del Himno Nacional. “No permitamos que nos marginen como ocurrió con nuestros hermanos salteños”, rezaba la convocatoria, haciendo alusión a la polémica desatada durante la visita que realizó Fernández el 17 de junio a Salta, por el bicentenario del fallecimiento del General Martín Miguel de Güemes. En esa oportunidad, por decisión del gobernador salteño, Gustavo Sáenz, se impidió la participación de delegaciones gauchas en los festejos, aunque sí se permitió la movilización de militantes peronistas.