Tras el hallazgo, por un joven que recorría la zona paseando a su perro, tomaron acción animalistas sanduceros y el animalito pasó a ser atendido por el veterinario Germán Matosas, quien con asesoría de expertos de la zona Este del país, hizo todo lo posible para garantizar su supervivencia.
“A eso de las dos de la tarde fui a pasear a mi perro Rottweiler a la playa, iba con mi abuela a tomarnos unos mates en la orilla; en eso vimos el animal y al parecerme extraño me acerqué a ver qué era. No parecía peligroso e intenté ver si estaba herido. No había mucha gente y no supe cómo llego allí, al ver que estaba bien lo regresé al agua y el animalito se subió nuevamente como a tomar sol, así que tomamos algunas fotos y lo dejamos tranquilo”, dijo Ezequiel Olivera.
Entre las imágenes obtenidas, realizó también un corto video que fue subido como Historia al Instagram y Facebook del diario El Telégrafo, donde de inmediato tuvo gran repercusión, aunque por error se hacía referencia a un lobito de río, cuando en realidad se trataba de un cachorro de lobo marino.
Al difundirse la novedad, con la gestión de Marilina Odella, Sebastián Martínez acudió al llamado, así como Germán Matosas, quien llevó una manta con la cual pudieron tomar al cachorro en brazos, evitándole mayores daños, y colocándolo en una transportadora para su traslado a un lugar seguro.
Respecto al porqué de tan extraña aparición en esta zona, “se presume que nadó perdido a causa de la tormenta, aproximadamente unos 300 kilómetros, descompensándose por el esfuerzo”, según explicó a los rescatistas Ricardo Tesore, de SOS Rescate Fauna Marina.
“Es la primera vez que hay registros de que un lobo marino, y cachorro, se encuentre tan distante de su hábitat”, dijo Martínez, recordando que el que había llegado más lejos hasta el momento había alcanzado las costas de Gualeguaychú.
Inmediatamente de ser retirado de la playa, el pequeño comenzó a ser tratado por Matosas, quien le brindó los primeros auxilios y desplegó una serie de medidas de reanimación –suero y medicamentos– de acuerdo con las indicaciones de Tesore, especialista en el tratamiento de lobos marinos en su refugio de Punta Colorada, Maldonado, desde hace más de 30 años. A dicho lugar pensaban trasladar al lobezno cuando se estabilizara y pudiera restablecerse para su posterior liberación. Luego de las 19, pese a todos los intentos médicos, el cachorro sufrió un shock –presentaba hipotermia al momento de su rescate– y falleció, causando una sensación de impotencia y congoja entre quienes intentaron con todos sus esfuerzos salvarle la vida.
A todo esto, varias personas se movilizaban, ya fuera buscando peces para alimentarlo y mediante contactos y llamadas procurando su traslado, así como autoridades de la Prefectura local, pero todos los intentos fueron en vano.