Cómo es gestionar una empresa familiar en coyunturas económicas siempre desafiantes. Y más si se trata de una de las principales productoras de arroz integral del país y que tiene, a la vez, un porcentaje importante de la actividad piscícola a nivel nacional. Entrevistada por Agencia Foco, adelanta planes de expansión en ambos rubros y habla de un emprendimiento ganadero independiente que tuvo hace poco un premio consagratorio.

Eugenia junto a su padre Eduardo, fundador del Grupo Puerto Las Palmas. Y otra imagen aérea del predio donde la empresa desarrolla su actividad en el departamento Bermejo.

El recorrido del Grupo Puerto Las Palmas (GPLP), desde el corazón del departamento Bermejo, tiene ya varios años y etapas. Pero este esquema que hoy aparece como un modelo de gestión, producción, potencial y desarrollo requirió trabajo, persistencia, profesionalización y una visión integral de un negocio anclado en el mercado interno y en el internacional. Toda esa construcción a través del tiempo tiene hoy el mejor resultado en estos números: el Grupo es el segundo productor nacional de arroz integral y genera por año 500 toneladas de pacú, lo que representa el 25% de la acuicultura a nivel país.

Eugenia Meichtry, al frente de la Gerencia Financiera y Administrativa, es una de las principales artífices de todo este desarrollo y posicionamiento, que tiene como líder a su padre Eduardo, en un esquema empresarial donde también son partes fundamentales sus hermanos Martín (gerencia general) y Marcos (dirección de piscicultura).

En diálogo con Agencia FOCO, la joven profesional y empresaria repasó aspectos centrales de la cadena de integración y agregado de valor anclada en Las Palmas y La Leonesa, y las perspectivas y los desafíos en una coyuntura que nunca hace fácil la gestión y la planificación. Además, dio a conocer una actividad independiente que hace pocos días les dio una gran satisfacción a ella y a su esposo Germán.

Planificar, el camino para crecer

“Hace diez años armamos un plan de desarrollo industrial, de las actividades productivas de arroz y de piscicultura. Ese plan de expansión y de agregado de valor se cumplió y se complementó en cuanto a las obras de infraestructura de la provincia en energía, caminos y el puerto de Las Palmas, algo por lo que siempre bregamos para el desarrollo del departamento Bermejo”, repasó, destacando todo “el trabajo y esfuerzo” que demandaron todas esas obras.

Todo fue posible porque quedó demostrado –según enfatizó- el alto valor productivo de la zona, en base a “dos actividades que se sinergizaban y que no competían con otras actividades productivas, a la vez que producían un alto valor en proteínas”. “Todo fue creciendo y tomando escala, hasta necesitar un desarrollo industrial para procesar toda la materia prima que se generaba en el departamento”, agregó.

Ese crecimiento progresivo y sostenido dio lugar a oportunidades. Es el caso del convenio de siembra con la empresa Bunge, que hizo posible la expansión del área de siembra de arroz en Chaco y en Formosa, incrementándola casi cuatro veces y llegando a las actuales 12 mil hectáreas, con altas posibilidades de seguir desarrollando también allí la acuicultura como complemento de este modelo de comprobada sustentabilidad y eficiencia.

“Este modelo funciona con una logística eficiente, que es a lo que apuntamos con Puerto Las Palmas. Sabemos que nuestra situación productiva es muy buena, con los costos más bajos del país, pero si no lo podemos complementar con una buena logística, los beneficios logrados en materia productiva se pierden porque estamos lejos de los centros de distribución”, resaltó la empresaria.

Entre los principales exportadores de arroz integral

Antes pandemia, el Grupo Puerto Las Palmas se posicionaba dentro de los cinco principales exportadores de arroz integral del país. “Y hoy, con el convenio con Bunge, somos la segunda empresa más grande entre las productoras de arroz del país”, reveló.

El convenio sellado con Bunge implica la siembra asociada, en la cual aportan en partes iguales a los costos de producción y los beneficios se distribuyen en esas proporciones.

“Antes de la pandemia, casi el 80% de lo que producíamos tenía destino de exportación. Durante la pandemia no exportamos y la producción fue toda al mercado interno. Ahora, incipientemente se vuelve a movilizar la exportación a Brasil. El problema es que el arroz es más lento con respecto a otros granos y cereales en acomodarse al dólar y a los costos de producción, lo que hace que el precio sea no tan bueno todavía. Además, en el primer semestre suele ser más bajo, para repuntar en el segundo cuando ya termina la cosecha y empiezan a aparecer los faltantes”, reflejó.

Años complejos

No sólo la pandemia tuvo impacto en distintas actividades productivas y comerciales, sino que son muchas las empresas que venían condicionadas desde 2018 y 2019 por efecto de la recesión y la erosión del mercado interno de consumo masivo.

“Hemos sabido sobrellevar bastante bien estos dos años tan complejos de pandemia. Pero nos golpeó más la crisis financiera que hubo a fines de 2019, con un mercado totalmente desplomado, precios bajísimos y tasas siderales. Nos golpeó financieramente y tuvimos que hacer una reestructuración de pasivos, un trabajo arduo. Así, la pandemia nos encontró con las cuentas un poco más ordenadas y trabajamos de manera más tranquila”, comentó.

Durante la pandemia, la actividad productiva no se detuvo e incluso desde la compañía buscaron la forma de verificar el trabajo en los campos de Formosa, provincia que durante muchos meses mantuvo un bloqueo casi completo de sus fronteras. “Se pudo llevar adelante la producción e incluso el primer año de pandemia fue bastante bueno. Y este 2022 era prometedor en cuanto a precios, pero los mercados se estancaron y quedó un poco atrasado”, indicó.

En ese contexto, analizó el efecto que puede tener la invasión de Rusia a Ucrania en este mercado: “Seguramente va a incrementar la demanda, pero en los meses siguientes porque todavía nuestro mercado está saturado y con molinos sobre-stockeados”.

 

Con la mirada puesta en nuevos mercados

El modelo productivo que asocia arroz y pacú, en los mismos predios, se ha potenciado en los últimos años, con un desarrollo que permite avizorar nuevas oportunidades y mercados.

“Nosotros producimos arroz integral. Si bien tiene un proceso industrial, este no es el último eslabón de la cadena, porque le falta el último proceso de pulido y empaquetado para llegar al arroz blanco”, describió Eugenia. En esa línea, adelantó que está en los planes de corto plazo del GPLP desarrollar toda la cadena hasta ese producto final. “Todo esto se vio demorado por la recesión de 2019 y del reacomodamiento”, confirmó, destacando que llegar a las góndolas con ese producto hará posible la apertura de nuevos mercados de mayores volúmenes.

En piscicultura, en cambio, el Grupo tiene desarrollada e integrada la cadena de producción y comercialización, desde la reproducción de alevines, el engorde, el procesamiento y el empaquetado de las 12 variedades de pacú, hasta la venta a través de distribuidores.

“En la parte industrial hacemos la cadena completa, y pesando en un mediano plazo en la expansión del área acuícola, vamos a necesitar ampliar toda la cadena, desde las piletas hasta la planta de alimento balanceado, la cámara de stock y las líneas de trabajo. Llegamos a una capacidad operativa completa y, para seguir expandiéndonos, tenemos que agrandar todo lo que ya tenemos”, precisó.

En la actualidad, esa unidad de negocios produce 500 toneladas anuales de pacú, lo que representa el 25% de la acuicultura nacional. “Pasamos de ser una provincia que tenía cero acuicultura a representar ese porcentaje. Chaco y Formosa son candidatos claves para la ampliación porque las condiciones agroecológicas están dadas. Hay más de 100 mil hectáreas factibles de desarrollar, pensando siempre en el contexto general del Norte Grande, y también en el modelo que ha llevado a Paraguay a tener el desarrollo que logró”, remarcó.

Generación de empleo

El Grupo Puerto Las Palmas emplea en la actualidad a unos 200 trabajadores y trabajadoras, en un contexto de recambio generacional e incorporación de recursos humanos más profesionalizados. “La idea fue seguir creciendo con un incremento en la nómina y en la capacidad técnica. Hemos incorporado gente en la parte de Administración y evolucionado mucho”, contó la gerenta financiera.

Además, destacó el trabajo de la empresa junto a la universidad como un aspecto fundamental, a través de las pasantías. En tanto, sostuvo que siempre se prioriza la incorporación de personal que sea de la zona, para generar fuentes de trabajo genuinas en esa región donde se desarrolla la actividad.

Por otra parte, el Grupo implementó los programas de empleo de inserción laboral (PIL) y de entrenamiento laboral (PEL) en articulación con la Provincia. “Hemos trabajado de manera casi ininterrumpida con esa área del gobierno. Los pudimos llevar a cabo desde el inicio del frigorífico, en 2008”, ponderó.

Crecimiento profesional

Eugenia egresó de la UNNE en 2007, con el título de Contadora Pública. “Empecé con un contador, Francisco Maslovsky, con quien aprendí mucho. Me animé con su ayuda a desarrollar la parte contable y administrativa de la empresa, que había empezado mi papá en Entre Ríos, hacía muchos años”, repasó. Y destacó: “Mi papá siempre apostó y abrió las puertas para que sus hijos pudieran desarrollarse profesionalmente. Así fui encontrando mi lugar en el área que me gustaba”.

En ese camino apenas iniciado, recordó “una crisis ambiental importante en 2009-2010”, cuando surgieron los cuestionamientos sobre el modelo de producción en los campos de arroz. “Todo eso fue un antes y un después, y me encontró comprometida con la empresa, siendo parte y con un conocimiento desde adentro de lo que estaba sucediendo. En ese momento una era un poco abogada, contadora, productora e hija”, reflejó y sumó: “Como dice mi padre, de las crisis salen las grandes oportunidades, y eso a mí me permitió desarrollarme profesionalmente en la empresa de manera exponencial”.

Ese camino se abrió para ella desarrollando “una actividad que nadie hacía en la empresa”, como era la administración financiera y la institucionalización. Así surgió la Sociedad de Responsabilidad Limitada (SRL) que fue el formato societario definido para la Arrocera San Carlos, construyendo la empresa familiar “desde cero”.

“De ahí en más se fueron dando distintas situaciones que nos llevaron a tener un crecimiento profesional que es muy difícil lograr en otro lugar. Desde el manejo de conflictos, manejo del personal hasta el desarrollo de herramientas financieras inéditas como las Obligaciones Negociables (ON) Simples”, recordó, en referencia a la colocación de esos instrumentos en el mercado de capitales apenas surgida la ley que les daba marco. Aquello constituyó al Grupo como la tercera empresa del país, y la más grande, en estructurar una ON Simple. “Lo hicimos junto a Fiduciaria del Norte, desde el Chaco y fue un hito”, destacó y lo definió como “un orgullo personal”.

Desafíos

A la hora de focalizar en los nuevos desafíos a nivel empresarial, Eugenia profundiza: “Es necesario empezar a mirar un poco más para adentro, mejorar la parte de auditorías, de estructura societaria, reorganizar la empresa, el desarrollo de los mandos medios y también nuestra estructura societaria interna, estableciendo roles con mis hermanos, que se incorporaron a la empresa”.

Todo eso es posible, según subrayó, “buscando la armonía familiar para llevar adelante la empresa, algo que tenemos muy arraigado porque nos gusta trabajar juntos”. De hecho, además del rol de Eugenia, su hermano Martín está a cargo de la Gerencia General, su hermano Marcos en la dirección de Piscicultura y su padre Eduardo en la Gerencia Productiva.

“Todo esto hace que uno aprenda a moverse en esta Argentina que no es fácil ni predecible, y a que uno desarrolle habilidades adicionales para mantenerse vigente, siempre buscando el crecimiento de la empresa”, subrayó.

Hechos que despejaron dudas

De aquellas demandas ambientales que tuvieron a la empresa en el eje de las críticas hace algunos años atrás, Eugenia aseguró que fue “demostrado con hechos que lo que decíamos era cierto”. “Sobre todo con la piscicultura, se demostró el verdadero ciclo que tenía el arroz y el pacú, y lo que podían causar en el ambiente. Es decir, no hay nada que funcione mejor de testigo que un pez, que es muy sensible a cualquier factor exógeno”, acotó.

“Después, con el impacto a nivel nacional, tuvo una trascendencia que despejó dudas y mala fama que pudo haber tenido (el esquema de producción). Hoy, para nosotros no es un problema que tengamos que demostrar algo”, afirmó, y sumó: “Todo aquello nos permitió empezar a trabajar la empresa para el afuera. Porque para nosotros fue siempre todo hacia adentro, de mejora continua y poco expuesta hacia afuera. Aquellos sucesos nos enseñaron que la empresa convive con una sociedad y que uno debe estar en permanente contacto, contando lo que hace, demostrando la sustentabilidad y la eficiencia. Seguir la línea verde es hoy un valor agregado, a nivel nacional y mundial. Y esas nuevas exigencias hacen que uno ya esté un paso más adelante por haber pasado por eso años atrás”.

La cabaña de donde salió una Gran Campeona

Hace pocos días, la Cabaña San Carlos, de General Vedia, lograba el premio consagratorio en la Exposición Mundial Braford 2022: la Gran Campeona, una vaquillona con cría al pie, cuyo 50% se remató en un valor récord de 17 millones de pesos. El tradicional evento tuvo lugar en la Sociedad Rural de Corrientes y convocó a las principales cabañas y exponentes de la raza del país.

La Cabaña San Carlos pertenece a la empresa Lote 100, que tiene al frente a Eugenia y a su esposo, el veterinario Germán Fogliatti. Si bien el profesional tiene un recorrido de años en materia de cría y producción bovina, la cabaña es “joven” y el inicio de su actividad puede ubicarse a principios del 2020.

“En principio, en la Arrocera San Carlos tenemos una ganadería incipiente. Germán había armado la cabaña con reproductores de pedigree Braford. Luego, mi familia siguió con la ganadería de cría y nosotros continuamos el desarrollo genético en la cabaña, con Braford y Brangus, alquilando un campo en General Vedia”, explicó la empresaria.

“Venimos trabajando en la mejora de la raza de manera continua. Germán, además, fue director activo de la Asociación Braford. Hemos participado en varias exposiciones de Palermo. Él además trabaja para otras cabañas que han sacado campeones, y este año se nos dio a nosotros. Fue un orgullo porque uno trabaja siempre para estar entre los primeros, y que se dé con una cabaña que no es tan grande, con presupuesto acotado y una trayectoria no tan extensa, hace que sea mayor esa satisfacción”, describió.

Por último, Eugenia destacó el trabajo para la mejora genética y, además, que la ganadería está hoy “en su mejor momento”, porque “hay muy buenos precios en un contexto que hace rato no se daba, lo que te impulsa a seguir invirtiendo y generando mayor valor”.