El arquitecto Javier García de la Zonal local de Arquitectura, junto a la Jefa de la repartición, arquitecta Viviana Santa María, se encontraban trabajando en el lugar para verificar y analizar lo ocurrido.
Buscando los antecedentes del edificio, se encontró en los planos antiguos la existencia de un pozo ciego que figuraba como cegado en el año 1946.
«Seguramente la tierra fue cediendo a lo largo de los años o no fue cegado correctamente y esto ha sido el origen de este hecho que nos ha sorprendido a todos», detalló García.
«No hay túneles, no hay caños de cloaca que estén perdiendo agua, solamente hay agua que debe ser de lluvia que, seguramente ha ido filtrando a lo largo del tiempo. Una vez cegado correctamente esto quedará totalmente seguro. El ruido que se escuchó podría ser la bóveda de ladrillos superior que seguramente fue lo que terminó cayendo», remarcó el arquitecto.
En las próximas horas el foso será rellenado para que el patio vuelva a ser utilizado de forma normal.
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