La Justicia de Feliciano archivó la denuncia por presunta violencia laboral y de género que efectuó contra dos Jefes de Policía una comisario -identificada como G.S.E.D-. La resolución benefició al comisario mayor Gustavo Roberto Beckman, jefe de la Departamental Feliciano; y al comisario Inspector José Luis Zaguan, subjefe de la Departamental. La decisión la tomó este miércoles el juez de Garantías, con competencia Civil, Comercial y Laboral, Emir Artero.
La denuncia fue presentada a mediados de mayo y fue dada a conocer por UNO el domingo 11. La mujer había acusado a sus superiores de haber ejercido diferentes hechos de violencia laboral y de género, como maltratos, hostigamientos y agresiones verbales. Su abogado Gabriel Oscar Hermes Mendoza comentó, entre otras cosas, que G.S.E.D fue removida arbitrariamente del área de Minoridad, en el que se desempeñaba hace 10 años, y puesta en funciones como Jefa de Calle. También señaló que muchas veces tuvo que soportar órdenes de subordinados.
Sin embargo, la versión de la comisario no prosperó en el juzgado laboral de Feliciano. Para el magistrado, de las pruebas colectas -resoluciones internas, dictamen de equipo interdisciplinario del juzgado, testimonios de policías y los descargos de los denunciados- no surgieron situaciones de violencia laboral pero sí «una situación de conflicto laboral», que se define como una «discrepancia entre miembros de una organización».
En su resolución, a la que accedió UNO, el juez Artero libró oficio al Jefe de Policía de la Provincia, Gustavo Maslein, «a fin de poner en conocimiento las sugerencias técnicas adjuntando copias certificadas, a efectos de considerar la realización de un abordaje organizacional y las personas involucradas puedan recibir orientaciones técnicas en cuanto a la resolución adecuada del conflicto, ya que actualmente en la institución existe personal afectado emocionalmente por las condiciones laborales que se estarían dando (se está ante una situación de conflicto laboral, definiendo a este como una discrepancia entre miembros de una organización o con la propia organización. Los conflictos laborales pueden ser conflictos de intereses, de información o de objetivos)».
«Asimismo considerar se arbitren los medios necesarios para que se pueda reestablecer la comunicación, el diálogo, entre la denunciante y denunciados, mediados por profesionales de la salud mental, que permitan reorganizar y acordar roles, funciones y aceptación de debilidades, sugerencias para el mejor desenvolvimiento de los trabajadores de la institución, considerando antigüedad, jerarquías, preparación en la formación», agregó el magistrado, citando el informe Técnico del Equipo Interdisciplinario del Juzgado.
«No hubo violencia»
El abogado del jefe de policía Beckman, Nicolás Baldini sostuvo a UNO que «se logró comprobar que no hubo violencia laboral, pero sí un conflicto laboral en base a un relevamiento que se le causó a la denunciante por un incumplimiento dentro de sus funciones».
«Es importante entender que el Jefe departamental tiene la facultad de hacer estos relevamientos. Así se establece la normativa interna. Es decir, puede hacer los relevamientos, nombrar comisarios, oficiales de calle y cambiarlos de lugar cuando en un determinado lugar no funcionan», agregó.
En ese sentido, subrayó que «básicamente se pudo demostrar que el conflicto fue ese relevamiento. A la denunciante la sacan del área de Minoridad y la ponen como Jefe de Calle». También indicó que argumentaron que la denunciante «no estaba bajo cargo de ningún subalterno, sino que era Jefe de Calle y que seguía recibiendo su misma remuneración».
A su vez, Baldini explicó el por qué del cambio de área de la denunciante: «Hubo ciertas irregularidades en la sección Minoridad. Inclusive al jefe de policía lo citaron del juzgado de familia por varias situaciones: había problemas con notificaciones, con colocación de botones antipánico e inclusive no se dio una charla de violencia en una escuela, donde la directora había pedido la misma y literalmente no le contestaron el mensaje. Le clavaron el visto, por decirlo de alguna manera. Ella estaba en esa sección y por ahí, aparentemente, se enojó porque le miraron el teléfono cuando no estaba y vieron esa situación. No era un teléfono de ella, sino de la Policía».
«Nosotros pusimos a disposición más de 20 testigos, capturas de pantalla y mensajes donde se demostraba que no había ningún hecho de violencia. Se comprobó también que el jefe sale a caminar la calle y eso no es hostigar a las personas, sino hacer un contralor de los funcionarios: que no estén todos juntos en una esquina, que no estén distraídos con teléfonos, que estén parados en lugares que sirvan para la prevención del delito. También se comprobó que hubo varios cambios, no sólo se relevó a ella de su puesto de trabajo. El jefe, cuando asumió, no encontraba resultados y tomó medidas porque está facultado para hacerlo», ahondó el letrado.
Finalmente, señaló que el conflicto se va a encausar a través de una mediación. «Van a oficiar a la institución para que hagan algún tipo de audiencia entre partes para llegar a un diálogo respetuosos y tratar de llegar a una solución», concluyó.
(UNO)