«Es un río de lava que se salió de su cauce y afectó la aldea El Rodeo, hay personas heridas, quemadas y fallecidas», aseguran las autoridades de Guatemala. Se trata de la peor erupción del Volcán de Fuego en los últimos 44 años
Según la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), hasta el momento se reportan al menos 20 heridos, unos 3.200 evacuados y 1.100 albergados principalmente en los departamentos de Escuintla (sur) y Sacatepéquez (oeste), que junto al de Chimaltenango (oeste) son los tres más afectados por la erupción del coloso el domingo. Además, hay 1,7 millones de personas afectadas.
«Si esta vez nos salvamos, en otra (erupción) no», dijo a la AFP Efraín González, de 52 años, sentado en el suelo de un albergue en la ciudad de Escuintla, adonde llegó con su esposa y su pequeña hija de un año tras huir de los estragos que causó el volcán en su casa en la comunidad El Rodeo, la más golpeada por la erupción.
Aún siguen desaparecidos su hijo de 10 años y su pequeña de 4, quienes quedaron atrapados en su vivienda, inundada por el lodo caliente que descendió del volcán, de 3.763 metros de altura y que emitió columnas de ceniza de unos 6.000 metros de altura.
«Nunca había pasado algo como esto», comenta a su vez Aura Concobar (38), quien también llegó al albergue desde El Rodeo, junto a diez miembros de su familia.
En imágenes difundidas en la televisión y en redes sociales, se ven levantarse enormes columnas de ceniza y en el suelo algunos cadáveres semicubiertos del material expulsado por el volcán, y viviendas y vehículos destruidos.
El secretario de la Conred, Sergio Cabañas, indicó que los fallecidos quedaron atrapados en el material caliente que descendió del volcán, situado a 35 km al suroeste de la capital.
«Es un río de lava que se salió de su cauce y afectó la aldea El Rodeo, hay personas heridas, quemadas y fallecidas, se está haciendo la evacuación y rescate de las personas», explicó Cabaña
David de León, vocero del organismo, indicó de su lado que las tareas de búsqueda de fallecidos o desaparecidos se suspendieron durante la noche por la falta de luz y los peligros en la zona, reanudándose en la madrugada del lunes.
La erupción concluyó después de 16 horas y media de actividad, pero «existe la probabilidad de una reactivación», indicó el Instituto de Vulcanología, recomendando mantener las medidas de precaución en las zonas afectadas.
– Declaratoria de emergencia –
Cabañas no descartó que el número de fallecidos aumente porque hay «personas desaparecidas, pero ignoramos cuántas personas son porque se está haciendo el recuento con las comunidades».
Muchos sobrevivientes salían de las zonas afectadas por la erupción con el cuerpo cubierto de ceniza, mientras otros que resultaron heridos eran atendidos por socorristas.
El presidente Jimmy Morales junto a su gabinete decretó la noche del domingo tres días de duelo y estado de emergencia o calamidad en Escuintla, Sacatepéquez y Chimaltenango, pero el mismo debe ser ratificado por el Congreso.
El llamado Grupo de Donantes, integrado por Alemania, Canadá, España, Estados Unidos, Reino Unido, Italia, Suecia, Suiza, Francia, la Unión Europea así como el Banco Interamericano de Desarrollo, Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Organización de Estados Americanos y el sistema de la ONU en Guatemala expresaron su solidaridad y respaldo para superar la tragedia.
México, El Salvador y Honduras ofrecieron asistencia al país para enfrentar la contingencia.
La lluvia de ceniza provocada por el volcán llevó al cierre de las operaciones en el único aeropuerto internacional de Ciudad de Guatemala incialmente por 24 horas, señaló por su lado la estatal Dirección General de Aeronáutica Civil.
El volcán de Fuego, situado entre Escuintla, Sacatepéquez y Chimaltenango, había generado su primera erupción de 2018 en enero pasado.
Este volcán provocó en septiembre de 2012 la última emergencia por erupción en el país, causando la evacuación de unos 10.000 habitantes asentados en poblados al sur del coloso.
En Guatemala también están activos los volcanes Santiaguito (oeste) y Pacaya (20 km al sur de la capital).
La peor erupción en 44 años
«Esta es la erupción más grande desde 1974, hemos tenido erupciones constantes pero no de esta dimensión, en esta han descendido hasta ocho kilómetros de lava de gran magnitud», dijo Gustavo Chigna, experto del Instituto Nacional de Sismología y Vulcanología, a medios locales.
«La erupción continúa, se mantiene y la actividad se puede mantener por algunas horas más y entrando la noche será sumamente peligroso porque no hay forma de evacuar o mirar los caminos», alertó.
Enormes columnas de humo, sumado a las explosiones y la lluvia de cenizas que lanzó el volcán en cuatro departamentos de Guatemala, mantenían en alerta a la población.
Fuente: Reuters / AFP