En pocos días más dará comienzo el Jury al juez de Ejecución de Penas de Gualeguaychú, Carlos Rossi, acusado por mal desempeño y falta de idoneidad, tras haberle otorgado la libertad condicional al violador serial Sebastián Wagner, el 1º de julio de 2016. Wagner fue quien, en abril de 2017, asesinó a Micaela García en Gualeguay.
Cuando se conoció el trágico desenlace, entendimos que debíamos actuar rápidamente e iniciar las acciones correspondientes para que se aparte a Rossi de su cargo y por ello soy uno de los denunciantes que enfrenta el juez.
Ha pasado más de un año de aquel triste suceso que conmocionara a toda la sociedad argentina. Las dilaciones, las demoras y las sucesivas recusaciones han sido parte de un engranaje puesto en marcha a fin de evitar que se juzgara a Rossi, que contó con complicidades y con reiterados artilugios de la defensa.
En este sentido, y a partir de las reiteradas recusaciones que pusieron el Jury al borde de no realizarse, propusimos mediante un proyecto la modificación de la ley vigente. Entre otras cosas, planteamos la designación de jueces jubilados o legisladores con mandato cumplido cuando fuera necesario a los efectos de cubrir las vacantes necesarias.
En lo que respecta puntualmente al mal desempeño de Rossi, cabe recodar que aportamos a la causa 93 dictámenes que iban en el mismo sentido que los emitidos previo a la liberación de Wagner. Por lo tanto, observamos una conducta recurrente por parte del juez a hacer caso omiso a los dictámenes de los peritos. En este caso, todos los profesionales coincidían que no debía pisar la calle. Rossi, desoyó las recomendaciones del Servicio Penitenciario y del equipo interdisciplinario, con el final que todos conocemos.
Estamos convencidos que hay sobradas pruebas del mal desempeño de Rossi. Pero la cuestión de fondo radica en saber si hay voluntad plena en la Justicia entrerriana para condenarlo. Si no hay operadores del sistema trabajando para salvar a uno de sus pares. La sociedad entrerriana necesita una justicia, obviamente ajustada al derecho, pero que actúe desde el sentido común, con los pies sobre a tierra. Que sepa que autorizar la liberación de un reo con fuertes antecedentes no es firmar un papel frío, que no es un simple episodio administrativo, es un acto de suma responsabilidad.
Los entrerrianos queremos que quienes estén presos por delitos aberrantes no tengan beneficios absurdos. Queremos una justicia que no se pierda en laberintos burocráticos y que se expida con celeridad. Queremos una justicia que comprenda a las víctimas y deje de proteger a los delincuentes. Queremos una justicia que no tenga dependencia del poder político, respetando el principio republicano.
El tránsito hasta este Jury ha dejado al descubierto infinidad de maniobras de la corporación político-judicial tendientes a liberar a Rossi del juicio. Y algunos hasta se han animado a defender el accionar del juez públicamente. Lo que no entienden es que si la Justicia sigue divorciándose de la realidad, si se aleja de la sociedad, si se transforma en un sistema que se mira el ombligo, salvará el pellejo de algún mal funcionario, pero será un salto más al vacío, hacia el desprestigio de una institución que debe estar despojada de sospechas y siempre al servicio de los ciudadanos. Quien no entienda esto, será tan responsable como lo fue Rossi de las causas que aún lamentamos.