Es el segmento de exportación a China por excelencia, el cual después de las restricciones del Gobierno sufrió una fuerte merma en la demanda. Esto representa una caída en el ingreso de los productores y en la expectativa de inversión del sector
Las restricciones para exportar carne vacuna ya impacta en los precios de la hacienda en el Mercado de Liniers. (Télam)
La limitación para exportar carne vacuna decidida por el Gobierno nacional ya tuvo su primer efecto realmente nocivo sobre el sector ganadero: hizo trizas el precio de la vaca en pie, con una reducción de su cotización de, por lo menos, un 25% en el mercado de Liniers.
Si bien lo que busca la administración del presidente Alberto Fernández es lograr una baja en el precio de la hacienda que se traduzca en una merma en lo que tenía que pagar el consumidor en el mostrador, la decisión oficial tuvo su primera consecuencia destructiva en valor pagado por la vaca, cuya carne casi no se consume en el mercado interno, sino que tenía como principal destino la exportación a China.
Por supuesto, a partir de la restricción del comercio exterior de carne vacuna producto de la norma oficial, se desincentivó la demanda exportadora de manera tal que dicho segmento se vio duramente afectado en su precio, cuestión que pega de lleno a los planes ganaderos, ya que esa vaca que era enviada a los mercados o ferias era un producto de descarte de los campos y que daba ingresos que permitían financiar la renovación de los rodeos.
“Los efectos de la reapertura parcial de las exportaciones de carne vacuna, tuvieron su primera consecuencia grave: se derrumbó el precio de la hacienda y eso no le sirve al país. Hoy es muy malo para los productores y en un futuro va a ser malo para los consumidores”, comentó ayer al término de la reunión con los gobernadores de Corrientes y Chaco, el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino.
Además, en diálogo con Infobae, el presidente del Mercado de LIniers, Oscar Subarroca, realizó una radiografía respecto a los precios que actualmente se están pagando por la hacienda en comparación de los valores que se manejaban previamente al cierre, donde detalló el efecto negativo de la iniciativa gubernamental en el segmento de las vacas, mientras que tuvo un resultado casi nulo en los segmentos de consumo interno, que era lo que buscaba el Gobierno.
“Después del cierre de exportaciones, el precio de la vaca ha tenido un deterioro muy grande. Si tomamos la vaca de conserva que se estaba vendiendo a 100/105 pesos por kilo antes de este problema, hoy está en los 70/75 pesos. O sea, estamos en el orden del 20% o 25% menos, mínimo”, marcó Subarroca respecto al movimiento de los precios.
Asimismo, puntualizó que desde que se anunció la intervención del mercado cárnico, la vaca manufactura pasó de 110 pesos a 80/90, la carnicera de 120/130 pesos a 100/110 y la especial casi novillo de 140/150 pesos a 120/130 por kilo. “La caída ha sido espeluznante a lo que respecta a este segmento. Al mercado le ha bajado mucho la demanda por parte de la industria exportadora. También pasó en las compras particulares y en las ferias”, agregó.
En este sentido, puso de relieve para explicar el porqué de la merma en la demanda que “no hay que olvidarse de que ha habido un movimiento muy grande en que las matrículas que hacían las exportaciones de vaca a China que trabajaban a fazón en plantas autorizadas para la exportación, hoy no pueden exportar y solo lo pueden hacer las plantas del consorcio ABC. Inclusive estas plantas están con graves problemas, porque hay carne retenida en el puerto y dentro de las plantas ya procesadas. Al acumularse esa cantidad de carne en los frigoríficos, tienen que pasar sus compras hasta no tener una línea de conducta de cómo va a seguir este proceso”.
Respecto a las categorías de consumo, como pueden ser los novillitos, novillos y vaquillonas, la baja fue mucho más mesurada, calculada por Subarroca en un 5% al 7%. Sin embargo, no explicó esta caída por efectos de la medida oficial, sino que “esto es debido a la gran inflación que tenemos, a la licuación de los salarios y la pobreza del pueblo” que produce una merma en la demanda, y aseveró que “no tenemos más inconvenientes debido a que hay poco ofrecimiento, ya que los feedlots dejaron bastante de producir debido al alza en el maíz y al costo de la invernada. Esto hace que no tengamos una mayor oferta de hacienda de consumo en esta parte del año, donde generalmente es la época de mayor abastecimiento”.
Impacto en el negocio ganadero
Por supuesto, el mayor perdedor en lo que respecta a la baja en el precio de los animales es el productor ganadero, que ve caer sus ingresos de manera significativa. Además, con la reducción de la demanda, la posibilidad de concretar negocios, que ya de por sí serán a valores más bajos, se reduce. Todo esto sucede en la época del año donde se da la mayor salida de vacas de los campos.
El director de la consultora Agroideas, Federico Santangelo, comentó a este medio que esta situación “golpea muchísimo a las empresas ganaderas” y puntualizó: “los kilos de vaca que hay en un establecimiento de cría promedio puede ser de entre el 30% y el 40% de los kilos totales. Hay muchas vacas que se venden de descarte, vacas viejas o vacías. Dependiendo de cómo las vendan esas vacas representan esos porcentajes, que si se cayeron un 30% los ingresos (producto de las ventas de éstas) por una medida impacta mucho”.
En este sentido, Santangelo explicó que “este es el período de excepcionalidad de mayor oferta de vaca, ya que se hace el tacto y las vacas vacías se van afuera, porque no hay campo, el pasto no crece y las categorías improductivas se sacan. De acá hasta agosto o septiembre es el periodo donde más vacas se ofrecen”.
Por otro lado, remarcó el impacto financiero que tiene la baja del precio y la caída de la demanda: “Antes se podía vender una vaca en 40.000 o 50.000 pesos y se podía comprar una vaquillona preñada a 80.000 pesos. Hoy esa relación es mucho menor. Esto quiere decir que “no solo te quita ingreso, sino también expectativa futuro. Esas expectativas son menores inversiones también. Hay mucho desánimo como para andar invirtiendo”.
(Infobae)