Sin embargo, un pronóstico surgido en las últimas horas da cuenta de que volverán las precipitaciones a la zona, lo que haría mejorar la situación.
Según el climatólogo José Luis Aiello, esta semana se esperan lluvias en Argentina que irían trasladándose desde el sur hasta el norte del país, lo que ayudaría a que crezca el caudal de la Cuenca del Paraná-Paraguay.
Y además apuntó que en los últimos días de abril y primeros días de mayo, existiría la posibilidad de lluvias sobre la zona central de Brasil y el área donde nace la cuenca del rio Paraná-Paraguay.
Los problemas en la logística en las terminales portuarias del Gran Rosario se siguen profundizando porque continúa en baja el caudal del agua desde mediados de marzo en la cuenca del río Paraná y ayer miércoles tocó los 0,4 metros, el nivel más bajo en 49 años.
«La semana pasada la altura se encontraba en un metro, Hoy (por ayer miércoles se ubicó en 0,4 metros y al finalizar el día había ascendido a 0,55 metros», indicó al diario Clarín Julio Calzada, director de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Según indicó, desde los puertos de norte del Gran Rosario, como San Lorenzo y San Martin, los barcos parten con 29 pies de profundidad mientras que los muelles ubicados al sur del Gran Rosario, y hasta General Lagos, los barcos se embarcan con 30 pies de profundidad cuando habitualmente se trasladan con 34 pies.
Explicó que en buques como Handysize o Handymax que normalmente cargan entre 35.000 y 40.000 toneladas, cada pie de calado que baja el río representa una pérdida de dicha capacidad de carga de entre 1.500 y 1.800 toneladas. En un Panamax, con una capacidad de carga en tono a los 60.000 a 65.000 toneladas, perder 4 pies de profundidad implica dejar de cargar entre 7.500 toneladas por buque.
Esta baja en la vía navegable se da porque los registros de lluvias han sido muy por debajo de lo normal en la cuenca de la Hidrovía Paraná-Paraguay.
Los puertos del gran Rosario abarcan 70 kilómetros de costa sobre el río Paraná donde a la vera se ubican 20 plantas de almacenamiento y procesamiento de granos, aceite y harina y es el complejo agroexportador más grande del mundo.
Para Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina y del Centro Exportador de Cereales (Ciara-Cec), la bajante del río Paraná impacta de lleno en la industria agroexportadora porque ralentiza la carga diaria y el volumen total.
«Es un costo imprevisto, adicional y extraordinario para la industria», agregó.
En este sentido, remarcó que todos estos inconvenientes tienen costos millonarios para la industria: 10 millones de dólares por semana como piso, calculando el retraso de carga por barco de dos a tres días (ingresan 20 barcos por semana), multas por no cumplir contratos y costos adicionales que se dan por no poder cargar completos los buques.
«Estos barcos que no pueden cargan en su totalidad en los puertos de Rosarios deben ser llenados en los puertos de Bahía Blanca y Necochea. Pero estos granos son llevados en camiones desde la zona núcleo a estos puertos lo que genera gastos extras», informó.
Sin embargo, este inconveniente no es el único que ha tenido el sector agroindustrial durante este año. «Es una tormenta perfecta», sintetizó el directivo hablando del año 2020.
Según enumeró el titular de Ciara-Cec, en el mercado internacional los precios de los granos cayeron y los venden a menor precio de lo que los pagaron.
Además, agregó que el coronavirus generó problemas marítimos internacionales, «Y en Argentina le sumamos los problemas nuestros con los sindicatos. Con Urgara (Unión Recibidores de Granos y Anexos de la República Argentina) todavía estamos en audiencia porque no cumplen las horas de trabajo y retrasa aún más la carga de los barcos», alertó.
«Es muy importante de dragado de las hidrovías. Está pendiente la definición sobre la licitación que termina este año y el Ministerio de Transporte todavía no implementó nada. Es importante que tengamos las obras de dragado a 36 pies lo antes posible», cerró Idígoras.