«El dióxido de cloro o clorito es muy bueno; una de sus funciones es destruir la envoltura de los virus. Entonces uno lo toma y puede luchar contra bacterias y virus dañinas… Hay un virólogo en Francia que está investigando los compuestos de estos preparados que vienen en fármacos, la famosa hidroxiclorquina que se utilizó con la paciente de Paraná infectada con Covid-19 y ha curado al 91% de las personas. El director del Comité de Crisis de Brasil se infectó, tomó hidroxiclorquina y se curó. Entonces hay evidencias de que tomando estos compuestos se está teniendo resultados”.
El cardiólogo chajariense Mauricio Acevedo Miño plantea, contracorriente, una postura que se la contó a la periodista Claudia Cagigas, que lo publicó en la revista virtual El Espejo.

“El problema de Covid es un problema de oxígeno, te daña la hemoglobina que va dentro de los glóbulos rojos, o sea que hacés hipoxia, el problema no está dentro del pulmón. Entonces, la solución no está en buscar más respiradores sino en oxigenar la sangre. En este momento, en Nueva York están probando con un aparato que se llama circulación extracorpórea: te sacan la sangre, te la oxigenan y te vuelvan a introducir. En Chajarí no tenemos eso…. Como no tenemos ese Plan B, mi familia y yo vamos a tomar lo que tenemos a mano –el CDS o dióxido de cloro- para no terminar en terapia o morirnos por falta de oxígeno”, explicó.

El nombre del dióxido de cloro comenzó a resultar familiar luego de que lo ingiriera en cámara, en su programa de televisión Nada Personal, la conductora Viviana Canosa.

La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) ha planteado que ante «la utilización de dióxido de cloro para el tratamiento de Covid-19 u otras enfermedades, se recuerda que el producto mencionado no cuenta con estudios que demuestren su eficacia y no posee autorización alguna por parte de este organismo para su comercialización y uso».

«En base al informe de este año del Organización Panamericana de la Salud (OPS), resulta necesario destacar que la ingesta de dióxido de cloro y el clorito de sodio reaccionan rápidamente en los tejidos humanos y si se ingieren, pueden causar irritación en el esófago y estómago, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones severas, entre otras complicaciones que pueden incluir graves trastornos hematológicos, cardiovasculares y renales», aseguró la Anmat.

Además, «la inhalación puede generar edema pulmonar, broncoespasmos, neumonitis química y edema de glotis, entre otras complicaciones respiratorias como bronquitis crónica y erosiones dentales, así como complicaciones en otros órganos del cuerpo».

Acevedo Miño también habló del uso del barbijo: “Hay gente que tiene mucho miedo, pero para mí el uso del barbijo no es necesario –excepto en la población de riesgo-. Veo gente caminando sola o en bici, con barbijo, aspirando su propio dióxido de carbono. Eso es una barbaridad. Yo cuando veo gente mayor me protejo –con barbijo- pero por respeto a ellos”, dijo.

Fuente: Entre Ríos Ahora – El Espejo