La Selección se quedó con el pase a la sexta final de la Copa del Mundo en su historia con una actuación brillante de Lionel Messi
Cuando a los 19 minutos del primer tiempo, Lionel Messi se tocó durante unos segundos la parte posterior del muslo izquierdo, algunos corazones se paralizaron en las tribunas. Fue apenas una imagen que a la distancia queda risueña con el partido imperial que jugó el capitán. Una noche consagratoria, como si eso le hiciese falta. Pero una más para el cuaderno. Un rato antes, su familia había ingresado en grupo al Lusail Stadium y un hincha apresuró el paso para hablarle a Celia, su madre, para regalarle un muñeco con la idea que llegara a las manos del diez. La locura por el astro está en su pico máximo en Doha.
La Pulga vivió una de sus noches más felices con la Albiceleste y una imagen de eso quedó graficada cuando todavía faltaban consumirse algunos segundos del 3-0 sobre Croacia, pero él estaba ya desconectado. Le regalaba unas miradas enamoradas a las 88966 personas que colmaron las tribunas del gigantesco estadio qatarí. Disfrutaba la escena. Incluso se animó a agitar sus brazos repentinamente para desatar un aliento más fuerte.
“Leo es una locura. Todos saben lo que es como jugador, pero siempre me voy a llevar de él la clase de persona que es. Es un referente, un tipo que siempre va por más. Quedó demostrado. Le han pegado tanto, muchas veces, que se vuelve a levantar y va en búsqueda de nuevas cosas”, lo bañó en elogios el Cuti Romero ante los micrófonos de Infobae en zona mixta.
Todas las cámaras se fueron con el rosarino, pero también fue la jornada definitivamente consagratoria para Julián Álvarez. Autor de dos goles, el reflejo de la buena vibra que se vive en el grupo quedó reflejada a los 73 minutos cuando le dejó su lugar a Paulo Dybala: Lautaro Martínez se fundió en un abrazo con él. “El grupo es el mismo desde hace mucho tiempo, todos tiramos par el mismo lado. Yo trato de dar lo mejor, todos pensamos igual. Estando adentro de la cancha dar el 100% y afuera apoyar con mis compañeros. Por eso es el abrazo”. El Araña también habló de la jugada mágica de la Pulga que le permitió poner cifras definitivas al marcador: “Es increíble. No hace falta que diga las cosas que hace Leo o puede hacer. Uno siempre está preparado para cualquier pase porque sabemos que puede hacer cualquier cosa con la pelota. Estaba esperando en el área, obviamente que creía que él lo podía hacer. Fue un lindo gol, todo de él”.
Álvarez y Messi permitieron que la música albiceleste sonara en tres ocasiones por los altoparlantes del estadio con un detalle: el tema Luzdelito de Wos, que fue la banda sonora ante cada tanto de la Selección en este Mundial, fue reemplazado por una versión del “Vamos, vamos argentina” musical que cantan las tribunas. Esto bien podría estar emparentado al cambio de hoster que hubo, tras la salida del streamer Momo Benavides por un conflicto con FIFA para dejarle ese rol a Sergio Goycochea.
El partido, como ocurrió contra Australia y Países Bajos, parecía controlado cuando sonó el pitazo del mediotiempo. Pero había un fantasma sobrevolando en el aire. No podía volver a pasar lo de la última vez y ese pensamiento también llegó a las entrañas del vestuario. “Es un orgullo jugar para este país y más con esta clase de jugadores. Supimos sufrir. Desde Arabia venimos sufriendo, venimos jugando bien, haciendo goles. Sufrimos con Australia, también con Holanda un partido controlado y hoy en el entretiempo dijimos que no nos pasara lo mismo, que había que liquidarlo. La verdad, defensivamente jugamos muy bien. Desde que empecé a jugar cada vez estamos mejor. No somos el equipo de la Copa América, no somos el equipo de la Finalíssima, creo que estamos un paso por arriba”, reveló el Dibu Martínez en zona mixta.
El arquero contó que un auxiliar del plantel también le escondió un mensaje motivador dentro de una edición del libro Pasión por el fútbol que sacó bajo su firma: “Hay una frase que no sé quién me la dejó cuando hago mi libro para nenes. No sé si fue Dady o Marito, pero puso acá comienza la historia del segundo libro. Esa frase me pegó”.
Los festejos fueron un momento de liberación con algunos detalles que no pasaron inadvertidos. Giovani Lo Celso, que se quedó afuera por lesión, saltó al campo de juego con sus compañeros como lo hizo Sergio Agüero tras el duelo contra Países Bajos. Y si hablamos del Kun, su hijo ligó un regalo especial: Benjamín Agüero se quedó con el short número 10 de su padrino, Messi. Mientras tanto, era Rodrigo De Paul el que se encargaba de comandar el “domingo cueste lo que cueste”, generando que las cabeceras del Lusail estallaran a su ritmo. Hubo uno de todos los integrantes del plantel que prefirió perderse unos minutos de la celebración: Guido Rodríguez se metió en la tribuna para abrazar a sus familiares que estaban ubicados detrás del banco de suplentes.
“Es una locura. No me hice ni un segundo para pensar lo que logramos. Es el primer objetivo que vinimos a buscar como grupo. Quedó demostrado que somos leones y pase lo que pase el domingo vamos a dejar la vida para llevarla a casa. Esos 47 millones de argentinos se van a sentir identificados”, reconoció el Cuti tras el duelo.
(Infobae)