El adelantamiento de la suba tendrá impacto en un número reducido de trabajadores formales pero su mayor proyección se dará en los casi 900 mil planes sociales que pagan la mitad del mínimo y en otros 4,5 millones de programas destinados a poblaciones vulnerables.
Así, en julio se otorgará un 6% de aumento, para llegar a 27.216 pesos; en agosto un 4%, para alcanzar 28.080 pesos; y en septiembre el 1%, para sumar 29.160 pesos, añadieron en el Gobierno y en la CGT.
Durante el fin de semana la administración de Alberto Fernández negoció con la CGT, la CTA de los Trabajadores y representantes patronales, en particular de la Unión Industrial Argentina (UIA) un esquema para dinamizar el piso salarial.
Resta el mecanismo legal para cristalizarlo pero el acuerdo alcanzado dejó conformes a todos los protagonistas: para el Ejecutivo es un reconocimiento de la escalada inflacionaria pero sin alterar de momento el valor pactado en abril; también para los empresarios fue clave diferir el ajuste en el número para poner a resguardo las paritarias cerradas en los primeros meses del año, en tanto que para las centrales sindicales representó un avance político haber acomodado la pauta.
En abril el Consejo del Empleo, la Productividad y el Salario Mínimo, Vital y Móvil votó por absoluta mayoría una mejora de 35% en siete tramos de los cuales se pagaron hasta ahora los tres primeros, con un ajuste de 17% hasta ahora. Los cuatro que faltaban y que se completaban en febrero se resumirán en tres: 9% en julio, 4% en agosto y 5% en septiembre. Una vez concluido el ajuste final se mantendrá a premisa de revisar el acuerdo a la luz de las paritarias cerradas en las últimas semanas en valores más cercanos al 45%, como sucedió con Camioneros y varios gremios del sector público.
“La decisión de incrementar el salario está tomada”, había dicho el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, y agregó que la posibilidad de revisión “es la primera vez que se hace” en el marco de la emergencia sanitaria por coronavirus.
La definición del piso salarial impactaría en los trabajadores fuera de convenio y es importante porque sirve como referencia para el salario inicial docente; los planes sociales (la mitad del monto representa el salario social complementario) y los haberes jubilatorios (la evolución del salario mínimo determina el valor diferencial de la jubilación básica con el 82% móvil de aquellos con más de 30 años de aporte).
Además, el salario mínimo es un indicador para el trabajo informal y para actividades que no están sindicalizadas en jornadas laborales de ocho horas.