El Presidente indicó que el único paso que resta para eliminar las trabas cambiarias es “terminar con los mecanismos de emisión monetaria”. El ministro de Economía Luis Caputo, en cambio, considera imprescindible contar con un acuerdo con el organismo. Pero las negociaciones ni siquiera arrancaron.
En medio de la ansiedad de los inversores sobre el futuro de la política cambiaria y la eventual salida del cepo, Javier Milei desde Europa le puso matices a la posible liberación de los controles sobre el tipo de cambio. El Presidente reconoció ayer explícitamente que esta posibilidad no depende del acuerdo con el FMI, sino de “terminar de sanear el balance del Banco Central, exterminar todos los mecanismos de emisión de dinero”.
Las declaraciones de ayer en Radio Mitre son similares a las de hace un par de semanas en Expo EFI. En esa ocasión, también indicó que la apertura del cepo dependía exclusivamente del control de la emisión de pesos. Se refirió concretamente a los pasivos monetarios que aún están en manos del Banco Central, aunque estimó que de los 17 billones de pesos solo 6 billones pueden ser peligrosos: el resto de los pases está en cabeza del propio Tesoro o de bancos públicos. Eso significa que terminar de “limpiar” esa deuda que obliga a emitir pesos en forma constante ya está a punto de concluir.
Milei negó de manera explícita que el levantamiento del cepo dependa de la aprobación de un acuerdo con el FMI y por ende de un futuro desembolso del organismo. Pero esta postura choca con la que hace pocas semanas expresó el ministro de Economía, Luis Caputo, quien había mencionado que el acuerdo con el Fondo es “uno de los cuatro pilares que precisamos para levantar el cepo”.
Milei sabe que un anuncio relacionado con la liberación cambiaria tendría un efecto muy positivo en las expectativas, gatillando quizás una baja del riesgo país. También podría ayudar a la reactivación, tras la fuerte caída de 5,1% que sufrió el PBI en el primer trimestre. Claro que abrir el cepo sin reservas adecuadas también conlleva riesgos.
Por eso Caputo se muestra mucho más cauto. Considera que levantar las restricciones cambiarias sin un nivel adecuado de reservas sería casi suicida, al no contar con dólares para salir a intervenir en caso de una crisis.
Además, a fines de la semana pasada reconoció que las negociaciones con el FMI “aún no comenzaron”. Tampoco dio una fecha específica para que esto suceda. Teniendo en cuenta que hay un programa vigente y que se aproximan las vacaciones de verano en el hemisferio norte, parece difícil que esas conversaciones vayan a comenzar en breve, lo que alargaría mucho los tiempos para llegar a un entendimiento.
El problema es que no existe garantía alguna que el FMI esté dispuesta a realizar un millonario desembolso como pretende el Gobierno. Inicialmente, el objetivo oficial era conseguir entre USD 10.000 y USD 15.000 millones que permitieran consolidar las reservas y permitir la salida del cepo con menos riesgos.
Pero ahora ya se habla de cifras más modestas: entre USD 5.000 y USD 8.000 millones, pero ningún monto está confirmado. Es más, durante el 2024 hay pagos netos al Fondo por más de USD 2.000 millones y por el momento se mantiene esta obligación, que exige un esfuerzo mayor por parte del Gobierno.
Otro de los temas preocupantes es que se redujo sustancialmente el ritmo de adquisición de reservas por parte del Central, luego haber adquirido más de USD 17.000 millones en el primer semestre. El miércoles vendió USD 156 millones, mientras que ayer adquirió solo USD 47 millones. El pronóstico sobre la capacidad de acumulación de reservas para adelante es más bien cauto.
fuente(infobae)