Los alumnos podrán volver a cursar de manera presencial en las escuelas que tengan las condiciones del protocolo, o que hagan las reformas necesarias para poder abrir, para lo cual el Ministerio de Educación destinará una inversión específica de 2.300 millones de pesos para poner en condiciones las escuelas en las 24 provincias y la compra de insumos de higiene y seguridad. También habrá una campaña de difusión para que las familias sepan cómo manejarse.
Solamente con infraestructura
«La escuela que no garantice la infraestructura no abre, aunque allí nunca haya circulado el virus. Y eso es responsabilidad del Estado de cada provincia», dijo el ministro Nicolás Trotta este martes, en un encuentro virtual con periodistas.
Respecto de cuántas localidades volverán a las clases presenciales y qué cantidad de habitantes se puso como límite para este regreso, el ministro explicó que lo definirá cada uno de los gobernadores de acuerdo a la realidad epidemiológica de cada provincia. No estimaron cuántos alumnos en total volverían a las aulas.
Obligatoriedad
Trotta explicó que algunas de esas nueve provincias, ya está planificando el regreso general. Y ante una pregunta de Clarín sobre qué pasa si alguna familia tiene temor de mandar a sus hijos a la escuela, afirmó que se mantendrá la obligatoriedad. También dijo que siempre se puede volver atrás si cambian las condiciones epidemiológicas. «No es volver atrás. Todos estamos impactados por el virus. Tenemos que extremar los cuidados, tanto en los aspectos epidemiológicos como sociológicos», aclaró.
Paritaria
Además, antes de agosto, el Ministerio de Educación nacional va a convocar a la paritaria docente nacional para consensuar las condiciones de trabajo con los cinco sindicatos nacionales. Algunos gremios habían manifestado su reparo de la vuelta presencial en medio de la pandemia.
Las provincias
Esta mañana, el ministro Trotta se reunió con los nueve gobernadores de las provincias donde volverán las clases presenciales: Raúl Jalil (Catamarca), Gustavo Valdés (Corrientes), Gildo Insfrán (Formosa), Oscar Herrera Ahuad (Misiones) Sergio Uñac (San Juan), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Omar Perotti (Santa Fe), Alberto Rodríguez Saa (San Luis) y Juan Manzur (Tucumán).
Protocolo sanitario
Hace dos semanas el Consejo Federal de Educación había aprobado un estricto protocolo sanitario, con los «pisos mínimos» que deben cumplir todas las escuelas del país para volver a las clases presenciales. Entre ellos figuran que los chicos estarán obligados a usar tapabocas caseros desde primer grado en adelante; la distancia mínima entre alumnos en los colegios deberá ser siempre de 2 metros, pero puede reducirse a 1,5 metros dentro de las aulas; los grupos estarán conformados por el número de alumnos que permita cumplir con el distanciamiento (si lo superan, se dividirán en dos subgrupos que asistirán en días o semanas diferentes de acuerdo con las decisiones logísticas que se tomen en cada caso); el ingreso y los recreos serán escalonados, un grupo por vez; y las puertas de los baños quedarán siempre abiertas, entre otras indicaciones.
El protocolo fue elaborado por el «Consejo Asesor para el regreso presencial a las aulas» del Ministerio de Educación que presidió el biólogo Diego Golombek, y que fue elaborado con expertos de las áreas de salud, transporte, la arquitectura escolar y que contaron con la colaboración, incluso, de especialistas en optimización combinatoria (para que todas las variables puedan llevarse a cabo en forma conjunta).
Fiscalización
Desde el Ministerio de Educación afirmaron que el protocolo es lo suficientemente «robusto» como para que las autoridades de cada colegio puedan cumplirlo si se siguen esas pautas. De allí tiene que surgir si las aulas se dividirán en 2 o 3 grupos y cómo se escalonará el ingreso y el egreso de los estudiantes. Según dijo Trotta a Clarín, «todas las disposiciones son de cumplimiento posible para la realidad argentina. No están pensadas para Europa. Hay instituciones que no están en condiciones y se van a tener que readecuar. Las provincias y también la comunidad educativa deben fiscalizar que esto sea así».
Además, el documento contiene recomendaciones para que las disposiciones puedan llevarse a cabo. Una de ellas es que los colegios armen «aulas burbujas», salones que no tengan la disposición tradicional (todos mirando al docente) sino grupos de 2, 4 o 6 estudiantes aislados entre sí y siempre los mismos. El objetivo es que si hay un caso sospechoso pueda establecerse rápido los contactos más estrechos.
Las medidas
El protocolo también establece que no se podrán realizar eventos o reuniones dentro de los establecimientos educativos y deberá haber ventilación natural en todos los ambientes. Además, se suspenderán las clases por un día si se detecta un caso sospechoso, para poder desinfectar todo el colegio.
Según dijo el ministro Trotta, se trabajará en estrategias especiales para esos estudiantes y docentes que, por ser población de riesgo, no pueden concurrir a la escuela en forma presencial.
Desde el ministerio consideran la reapertura de las escuelas como «un proceso que requiere una preparación previa y un control y supervisión efectivos una vez que se regrese a las clases presenciales». Para que este proceso avance se plantean estos pasos.
Antes de abrir las puertas: capacitar a todo el personal docente y no docente, así como preparar a las familias a través de una campaña en las cuestiones sanitarias básicas relacionadas con covid-19 y la reapertura de las aulas; articular a las escuelas con el sistema local de atención de salud; desarrollar un plan de mantenimiento preventivo de las instalaciones; asegurarse de contar con los insumos necesarios (elementos, materiales, equipamiento, mobiliario) según protocolo vigente; asegurarse el acceso a agua potable, jabón, toallas de papel descartables y cestos de basura; garantizar provisión de alcohol en gel, o alcohol 70°, en todas las instalaciones; adecuar las aulas y espacios comunes para lograr el distanciamiento físico necesario; determinar la cantidad y disposición de estudiantes y la alternancia horaria y diaria para la asistencia; y colocar la señalética adecuada.
Una vez abiertas las puertas: establecer protocolos de ingreso y egreso de los establecimientos; diseñar protocolos de uso de transporte público y escolar escalonado y que aseguren las condiciones sanitarias básicas para el traslado; mantener en todo momento el distanciamiento social de 2 metros; en recintos con los alumnos sentados -con tapabocas- será de 1,5 metros para nivel primario en adelante; cumplir con los protocolos sanitarios ante la confirmación de un caso o de un contacto estrecho con caso confirmado de cualquier persona que haya estado en el establecimiento educativo; desarrollar estrategias para que quienes no puedan asistir a la escuela en las instancias presenciales puedan continuarlas en condiciones de mayor equidad posible de manera virtual; realizar limpieza y desinfección constantes, especialmente en zonas de mayor contacto y circulación, y con cada cambio de turno. Fuente: (Clarín).-