Entre los nombres que más resonaron años después, se encuentran los de Raúl Cosentino, Ricardo Berutti, Eduardo Besnard, Ricardo Bruni, Roberto Cano, Pedro Del Olmo, Juan Bernabé Ferreyra, Carlos Fontana, Carlos Foresti y Roberto Galán.
Reunidos, ellos y varios más, designaron una Junta Directiva Provisoria que tuvo como Presidente a Olmo (LR4) y como Secretario a Galán (LR1), de acuerdo con la información publicada en la propia sociedad.
Para afrontar los primeros gastos, cada uno puso plata de su propio bolsillo. La sesión inaugural concluyó a las 4.15 de la madrugada.
Roberto Galán, quien falleció en el 2000 a los 83 años, recordó tiempo atrás cómo había sido formar parte de esta historia: «La idea surgió durante un encuentro propiciado por la Dirección General de Correos y Telégrafos. (.) Corría el año 1943 y en las cercanías del aniversario de la independencia se nos convocó en el Regimiento 1 de Infantería Patricios. Al conocernos los locutores, nos dimos la mano, ya que estábamos distanciados y competíamos entre nosotros. Radio Belgrano era popular, Splendid aristocrática y El Mundo en un plano intermedio».
“La idea era unirnos”
Sobre el primero que se animó a esbozar la propuesta, Galán dijo: «Al primero que se le ocurrió la idea de unirnos, fue a Jorge Del Río, que había concurrido por Radio El Mundo. Cuando esperábamos que nos dieran una suerte de libretos, Del Río preguntó acerca de formar una entidad que agrupara a los locutores. La propuesta gustó y yo fui a pedirle un lugar para reunirnos a Julio Korn, que tenía su editorial en un viejo edificio de la calle Corrientes 830 donde publicaba la revista Antena».
«Desde allí, llamamos a todas las emisoras, invitando a los locutores a reunirse. En la primera noche, se presentaron locutores de todas las radios. Los de Radio Fénix, Porteña, etc. Esa comisión se comprometió a convocar una asamblea general y así se hizo. Esa reunión se concretó en el teatro Regina, de calle Santa Fe. Alquilamos un local en la calle Victoria [hoy Hipólito Yrigoyen, entre Combate de los Pozos y Sarandí]. Con unos libros que aporté inauguramos una pequeña biblioteca, compramos una máquina de escribir, abrimos un Libro de Actas. Después comenzó la gran tarea de incorporar al Interior y formar las filiales», finaliza el locutor, famoso por su programa «si lo Sabe Cante»