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River-Boca: Se cumplen dos años de la histórica final disputada ante en Madrid

diciembre 9, 2020
Todo está tan fresco todavía que no hace falta recurrir al archivo para recordar los detalles. En la ida, en la Bombonera, el 11 de noviembre, empataron 2-2 en un partidazo, en el top ten de los mejores enfrentamientos de la historia.
Dos veces se puso en ventaja Boca, primero con Ramón Abila y después con Darío Benedetto; dos veces lo empató River, primero con Lucas Pratto y después con un desafortunado cabezazo de Carlos Izquierdoz en contra de su arco.
El equipo de Marcelo Gallardo quedó muy bien parado para la revancha prevista para el 14 de noviembre. Los graves incidentes producidos en la llegada del micro de Boca al Monumental (piedrazos al micro, gases de la represión policial que afectaron a varios jugadores) obligaron a la postergación, enmarcada en toda clase de especulaciones.
River quería jugar a toda costa, Boca pidió que le den por ganado el partido, y la Conmebol decidió finalmente que se debía buscar otro escenario. Poderoso caballero Don Dinero llevó el partido a Madrid, al Bernabéu, con capacidad para 80 mil espectadores.Medio estadio para Boca, medio estadio para River, en un insólito enfrentamiento a la europea por la Copa Libertadores de América en juego. Fueron 90 minutos más 30 de alargue con una tensión tremenda. Ganaba Boca 1-0 con un golazo de Benedetto, lo empató Pratto para River, lo dio vuelta el colombiano Juan Fernando Quintero con un zapatazo al ángulo, cuando Boca se había quedado con diez por la expulsión de Wilmar Barrios, y lo remató en el tiempo agregado el «Pity» Martínez, en una inolvidable corrida con el arco vacío de Andrada que había ido a buscar el último córner.

No hay hincha de River que no recuerde el relato de Mariano Closs anticipando el último gol: «Y va el tercero, y va el tercero, y va el tercero y gol de River, gol de River, gooooolllll?».De la formación que presentó River aquel 9 de diciembre, más los que ingresaron como suplentes hay varios que siguen en el club: Franco Armani, Gonzalo Montiel, Javier Pinola, Milton Casco, Enzo Pérez, Leonardo Ponzio, Ignacio Fernández, Julián Alvarez, Bruno Zucculini y Pratto. Se fueron Jonatan Maidana (al Toluca), Exequiel Palacios (al Bayer Leverkusen), Martínez (al Atlanta United y luego al All Nassr de Arabia Saudita), Quintero, que estuvo un tiempo parado y podría recalar en China, y Camilo Mayada (al San Luis de México).De los de Boca siguen en el plantel Esteban Andrada, Julio Buffarini, Izquierdoz, Sebastián Villa, Abila, Carlos Tevez y Leonardo Jara, quien en realidad se fue y volvió. Son varios los que ya no están en club: Lisandro Magallán (Ajax, Alavés, Crottone), Lucas Olaza (Celta), Naithan Nández (al Cagliari), Barrios (al Zenit de Rusia), Fernando Gago (Vélez, antes del retiro definitivo), Pablo Pérez (a Independiente y luego a Newell’s ), Cristian Pavón (a Los Angeles Galaxy de Estados Unidos), y Benedetto (al Olimpique de Marsella). También se fue y volvió Edwin Cardona, que en Madrid no fue al banco y hoy se perfila como titular indiscutible.

El técnico era y sigue siendo Gallardo. El conductor de Boca era Guillermo Barros Schelotto (hoy desocupado), que fue reemplazado por Gustavo Alfaro y éste por Miguel Angel Russo.

Que River se haya consagrado campeón explica la continuidad de Gallardo y muchos futbolistas, y que Boca perdiera aquel duelo también explica el éxodo y los cambios de entrenadores.
Hay algún margen para pensar en la posibilidad de una final en el Maracaná (cambió el sistema y todo se define en un solo partido). Los de Boca son los más interesados; quieren revancha. Los de River dividen sus deseos, piensan que tiene muchas chances de volver a ganar, pero prefieren que no haya otra final, y que aquella de Madrid quede clavada como una espina para siempre en el corazón boquense.

Los dueños del negocio ya hacen números pensando en ese partido que se jugará el 30 de enero en el Maracaná. Antes de eso, el 3 de enero está previsto un partido por la devaluada Copa Maradona, que en relación con el otro genera un interés minúsculo.