El plazo de preventiva vence este domingo. No hubo oposición por parte de las Querellas para mantener reclusa a la joven. No obstante, al defensor le negaron el pedido de «autopsia psicológica» a Pastorizzo
Fue una jugada de anticipación la de Ostolaza, por temor que en su ausencia Nahir pudiera recibir una prórroga mayor de tiempo. El abogado uruguayense tiene grandes expectativas de lograr la excarcelación en la siguiente audiencia que deberá realizarse a mediados de marzo. En definitiva, en la audiencia que se realizará el 4 de marzo, el juez de Garantías Mario Figueroa le dictará una nueva prisión preventiva a la imputada por 12 días.
Hay dos novedades en torno a la causa que conmocionó al país a principios de año. La primera se debe al informe psiquiátrico que ya está en poder del Fiscal. Esta pericia se practicó durante febrero y tiene como finalidad establecer la condición psíquica de la imputada y si reconoce la criminalidad de sus actos.
La segunda novedad es el rechazo a la solicitud de la defensa para la realización de la autopsia psicológica y de ingresar a la cuenta de Facebook de Fernando Pastorizzo para constatar los mensajes privados con los amigos. Tanto las querellas como la Fiscalía se opusieron, y sobre la pericia forense esgrimieron que lo que se intenta hacer con esta autopsia psicológica es ubicar a la víctima como responsable de lo sucedido.
¿Qué es la autopsia psicológica?
Es una pericia, o un estudio que se instrumentó hace poco tiempo en el país y tiene como fin reconstruir las últimas horas en la vida de una persona fallecida o desaparecida. ¿Cómo se produce? Se convoca a los amigos, familiares y allegados para que den cuenta cómo era su estilo de vida, sus actividades, gustos, relaciones, ámbitos que frecuentaba, estudios médicos, etcétera.
Pero más allá de este argumento que expusieron las partes, hay una cuestión fundamental: La autopsia psicológica se realiza cuando no se sabe cómo murió la persona; y en este caso esa premisa está resuelta. Fernando murió a causa de los dos disparos que ejecutó a corta distancia Nahir.
Un psicólogo explicó a El Día que este tipo de pericia se solicita para determinar si la persona que está muerta falleció por un homicidio o un suicidio, pero también para investigar desapariciones. El caso emblemático para ejemplificar esto ocurrió con el caso de Alberto Nisman, el ex fiscal especial para la causa AMIA.
«Se utiliza para determinar si es un suicidio o un asesinato, en este caso donde está claro quién es el victimario no entiendo por qué lo están solicitando», indicó la fuente consultada sobre la materia atípica pero que se presenta como una herramienta clave para determinar el perfil de un suicida.
Además lleva mucho tiempo la realización de una autopsia psicológica, porque necesitas de la colaboración de los familiares para comprender la personalidad de la persona. Luis Alberto Disanto, licenciado en psicología, profesor de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad de La Plata, indicó cuando fue consultado por el caso Nisman que “es conveniente dejar pasar unos tres meses de la muerte o desaparición de la persona para iniciar las entrevistas, luego se llama a un número impar de personas (de tres a cinco). Éstas no tienen que ser las más cercanas, sino conocidos de distintos ámbitos porque uno no es igual en todo momento y en todo lugar. La idea es reconstruir ese rompecabezas que es el ser humano. Saber qué tipo de música escuchaba, si miraba la televisión, qué tipo de programas, hobbies tenía, etc.”
La criminóloga, especializada en técnica de perfilación criminal, Laura Quiñones explicó que “la autopsia psicológica es una herramienta en muertes equívocas”. “Es vital conocer si estaba sometida a estrés psicosociales, como problemas económicos, presiones familiares o laborales, situaciones angustiantes, duelos, adicciones, abandono, desengaño, historia de abuso de alcohol; si tenía familiaridad con métodos de muerte y otros factores”, agregó.
La muerte de Fernando Pastorizzo está alejado de estos factores, y así lo entendió el Juez de Garantías a dar curso al rechazo esgrimido por las partes acusadoras, dejando de lado un nuevo intento de la defensa por ubicar a la víctima en el rol de victimario a pesar de ser la persona que recibió dos balazos y uno de ellos por la espalda.