La vicepresidenta del Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos, Susana Medina, disertó hoy en la clausura de la “Cumbre de juezas y fiscales africanas sobre la trata de personas y la delincuencia organizada”, que se llevó a cabo en el Vaticano y fue presidida por el Papa Francisco. El encuentro fue coordinado por monseñor Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Academia Pontificia de las Ciencias y de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales. En la oportunidad la magistrada resaltó los llamados nuevos delitos que se propalan vía las redes sociales y las nuevas tecnologías.
La cumbre contó con la presencia de jueces y mujeres fiscales provenientes de varios países, en particular del continente africano. Entre los temas centrales del encuentro estuvo el tráfico de órganos
Al hacer uso de la palabra, ante la presencia del Papa Francisco, Medina expresó que en la actualidad hay una diversificación y transformación de los modelos comerciales del tráfico y trata de personas y del tráfico de drogas, que siguen siendo muy redituables para los grupos del crimen organizado.
Asimismo destacó que ahora han surgido otras variantes, como el delito cibernético, cuya forma más perversa es la pornografía infantil; el delito ambiental, a través del control del agua y la deforestación para el cultivo de drogas donde se utiliza mano de obra esclava, generalmente de los migrantes irregulares; la prostitución y el turismo sexual infantil; las peores formas del trabajo infantil; el reclutamiento y utilización de niños soldados; los matrimonios forzados, la mendicidad y la adopción de niños de manera irregular.
“Estas son nuevas e insidiosas formas de esclavitud moderna perpetradas por el crimen organizado”, sentenció Medina.
La magistrada explicó que todos estos son delitos globales, transnacionales, complejos, graves, con muchas y variadas aristas, que pertenecen a la economía informal y generan miles de millones de dólares de ganancias, aproximadamente entre 32.000 y 150.000 mil millones de dólares al año. Consideró que con la ayuda de las nuevas tecnologías, las nuevas formas de dinero virtual (como es el caso del bitcoin) y las oscuras redes cuyos miembros se desconocen han permitido que sean los delitos que más rápido han crecido en los últimos tiempos después del tráfico de armas y del tráfico de drogas.
La eliminación del tráfico de seres humanos es uno de los objetivos de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas. La prioridad de las Naciones Unidas es adoptar medidas inmediatas y eficaces para eliminar el trabajo forzoso, poner fin a la esclavitud moderna y a la trata de seres humanos, y garantizar la prohibición y la eliminación de las peores formas de trabajo infantil, como el reclutamiento y el empleo de niños soldados. Y para 2025, poner fin al trabajo infantil en todas sus formas.