Los restos del religioso serán velados este domingo, desde las 14, en la parroquia Nuestra Señora de Luján -conocida como la Iglesia Caracol por su estructura arquitectónica- ubicada en Primera Junta 326 de Quilmes, añadieron fuentes eclesiásticas. Asimismo, señalaron que las exequias se extenderán hasta las 10:30 del lunes cuando se realice la sepultura.
Farinello fue, hace pocos años, uno de los impulsores del Barrio Sebastián, ubicado en la zona de Santa Catalina, en Lomas de Zamora. Allí, luchó por la dignidad de sus habitantes que recibieron con dolor la noticia de su fallecimiento.
“Se nos fue un compañero inmenso por eso sentimos mucho dolor”, expresó Sebastián Cuzzia, de la Agrupación Resistencia Cultural Barrial, que actuó con el padre Farinello en la creación del Barrio Sebastián, en Lomas de Zamora.
“Se nos fue uno de los compañeros indispensables que marcó la historia de la lucha de las clases populares en los últimos 50 años. Sintetizó como pocos a la Iglesia de la opción pobres, de la coherencia cristiana”, subrayó el dirigente, tras conocerse la triste noticia.
Cuzzia contó que este sábado “en Lomas muchos compañeros creían que no se podía ir Luis justo en este momento que más lo necesitábamos para la lucha pero también pensamos que él hubiera estado muy triste y enojado si nos quedábamos con esa idea, sin seguir luchando”.
El dirigente destacó que “en los 70 fue indispensable a favor de la lucha del pueblo, cuidando y guardando a tantos compañeros, acompañando a otros en el exilio, y en los 90 fue una voz de los que tenían voz, mostrando un camino de la unidad en las organizaciones sociales”.
“Se va parte de esa inspiración constante que te marcan a fuego en lo práctico en la barriada y que te explica por qué es necesaria la coherencia”, subrayó Cuzzia.
Farinello nació en 1937 en el seno de una familia obrera que vivía en la localidad de Villa Domínico, en el partido de Avellaneda.
A los 16 años ingresó al seminario de La Plata y en 1964 fue ordenado sacerdote por el entonces obispo de Avellaneda Jerónimo Podestá, y ese año lo designaron al frente de la parroquia Nuestra Señora de Luján, cerca del centro de Quilmes, donde ofició hasta el año 2000.
Tres años después, en tiempos de cambios dentro de la Iglesia impulsados por el Concilio Vaticano II y nuevas concepciones en la región, como la llamada Teología de la Liberación.
Con 30 años, Farinello se sumó al Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, una tendencia creciente en el mundo cristiano argentino posconciliar.
Como religioso se hizo obrero y trabajó como albañil por siete años, oficio que debió postergar ante el reclamo de sus superiores, que le reclamaban mayor compromiso con sus deberes sacerdotales.
En la dictadura militar se sumó a la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), en sintonía con los lineamientos pastorales del Obispado de Quilmes.
Desde ese lugar denunció torturas, desapariciones y asesinatos y pagó con detenciones su compromiso con los perseguidos políticos.
En los años 80, Farinello respaldó las actividades de las Comunidades Eclesiales de Base que, bajo la tutela del obispo quilmeño Jorge Novak, cumplieron una importante tarea social en el sur del Gran Buenos Aires.
En más de una oportunidad se manifestó en favor del celibato optativo, y reconoció haberse «enamorado de varias mujeres», incluso cuando ejercía como sacerdote.
Farinello realizó diversas participaciones en ciclos radiales y televisivos, en los cuales predicaba una mirada social de la doctrina cristiana, y esas actividades en la comunicación social le permitieron ganar notoridad mediática.
En 2001, a favor del grado de conocimiento que había alcanzado, compitió en las elecciones legislativas como candidato a senador nacional por la provincia de Buenos Aires, por el partido fundado por él, el Polo Social. Pero no logró la banca.
En 2010, en una visita a Salta, el sacerdote se mostró a favor del matrimonio homosexual.
Su salud se deterioró en marzo de 2012, cuando debió ser internado en el Hospital Florencio Varela por un accidente cerebro vascular. En octubre de ese año sufrió un segundo episodio.
Desde entonces nunca pudo recuperar su salud y quedó al cuidado de una de sus hermanas, que lo asistía de forma casi permanente.
Según allegados, este año padeció otro ACV y este sábado ingresó a las 17.30 al hospital de Quilmes con una insuficiencia cardíaca. Los médicos de ese centro de salud intentaron reanimarlo, pero no lo lograron y finalmente falleció.