El ex integrante de la cúpula montonera no siente arrepentimiento por la masacre registrada durante el copamiento del Regimiento 29 de Formosa. En una extensa entrevista con Infobae, también se refirió a la actualidad: cree que Cristina Kirchner y Alberto Fernández “no saben hacia dónde van”
Roberto Perdía es un abogado con pasado montonero que siempre se caracterizó por su ductibilidad política: hace 45 años preparó junto a la cúpula de la organización guerrillera que conformaba la “operación primicia”, el sangriento ataque al Regimiento de Infantería de Monte 29 de Formosa en el que murieron 12 montoneros y 12 defensores del cuartel, de los cuales 10 eran conscriptos. Ahora, en pleno siglo XXI, y con casi 80 años de edad es representante de las familias que usurparon las tierras de Guernica.
En una extensa entrevista con Infobae habló del peronismo que “ya no existe”, asegura que el Presidente y la vicepresidenta de la Nación “no tienen rumbo”, y que es necesario crear una nueva democracia. “Si Montoneros hubiese llegado al poder, no sé que pasaba, pero seguro que no estábamos así. La toma de Guernica es una demostración de ello”, arriesga y afirma haber estado cara a cara con Andrés Larroque negociando una salida al conflicto de la toma. De los últimos gobiernos, destacó el de Néstor Kirchner.
-¿Usted forma parte de la Gremial Sindical de Abogados del Estado que defiende a los usurpadores de Guernica?
-Sí. Es más, yo formaba parte de la primera Gremial y mi relación con ella es que conocía a alguno de sus integrantes por la militancia política. En aquella época había abandonado la abogacía porque me estaba metiendo más en la lucha clandestina. Eso fue aproximadamente entre los años 1969, 1970 o 1971. En esa época ni se llamaba Gremial todavía. Como Gremial nace en 1972 o 1973. Nace con los primeros presos. Con los presos de la dictadura de (Alejandro Agustín) Lanusse. Yo estaba muy vinculado a la defensa de los trabajadores del monte, a los hacheros de la zona de Santa Fe y del Norte del país. Ahí conformamos un sindicato. En esa época estábamos organizando a la gente que era la más vulnerable. Eso fue entre 1966 y 1968. Ya en el 69 empezamos a conformar las estructuras más clandestinas, más militar, con vista a una organización político-militar.
-Montoneros.
-En el 70 me caso con mi compañera y vamos para Salta porque había caído un grupo de gente en Taco Ralo. La conducción de la FAP (Fuerza Armadas Peronistas) me encomiendan la tarea de que me haga cargo de la reconstrucción de la Fuerza en Salta y Tucumán.
-Ya que estamos haciendo historia, se acaban de cumplir 45 años de la denominada “Operación Primicia”, el ataque montonero al Regimiento de Infantería de Monte 29 de Formosa. Un sangriento combate de 30 minutos que incluyó el secuestro de un avión Boeing en Aeroparque y el copamiento del aeropuerto de Formosa ¿Tiene algún recuerdo especial de esa batalla?
-No, no particularmente, fue un hecho importante. Posiblemente la acción militar más importante que se hizo en la Argentina. No por el volumen, sino por la complejidad que tenía…un avión, más de mil kilómetros, ir y volver. Una complejidad muy grande que terminó con muchas dificultades.
-Veinticuatro muertos, entre ellos diez conscriptos que nada tenían que ver. Estaban en el Regimiento haciendo la colimba ¿Tiene algún arrepentimiento por aquella masacre?
-No, mire. Cada uno de los hechos merecería un análisis particular. Para mí la palabra no es arrepentimiento. Sí hay un dolor de todo eso y es un dolor colectivo, de la sociedad. Y fundamentalmente un dolor mucho, mucho más profundo en el sentido que aquellos sueños de miles de compañeros que no se pudieron realizar.
-Hace unos años reconstruí periodísticamente aquella tragedia y sinceramente cuesta comprender aquel asalto al cuartel de Formosa.
-Fue una realidad que no nació de un día para el otro. Venía de una larga acumulación de luchas. El golpe que echó del poder a (Juan Domingo) Perón sucedió en septiembre de 1955. Hay sectores muy importantes que resisten. Hay una consigna que a mí me impresionó muchísimo, en Rosario, en la zona sur, en la pared de un frigorífico pintaron una frase que decía: “Los rusos y los yankees reconocen al gobierno de la dictadura”. Ese era un barrio popular que resistió muchísimo tiempo y seguían peleando. Ahí es donde nace el famoso dibujo de PV, “Perón Vuelve”. Después fue adoptado como una fórmula por la sencillez que tenía y que viene de una cosa distinta y que es Cristo Vence. El Perón Vuelve es la contracara del Cristo Vence. 1964: el retorno de Perón no se pudo concretar y en la Argentina no pasó nada. Aquel “en la Argentina no pasó nada” fue muy importante para nosotros. No podía ser que si Perón regresaba y lo mataban o lo mandaban de vuelta no pasara nada. Si eso sucedía, al país había que darlo vuelta. Nosotros no éramos unos charlatanas. La generación nuestra tenía una característica: ponerle el cuerpo a la idea. No era cuestión de hablar por hablar. Para nosotros era “pensar, hacer, decir y hacer las cosas”. Así se fue gestando esta historia.
-¿La toma del Regimiento por asalto?
-Sí. Usted me pregunto si sentía arrepentimiento. Arrepentimiento es otra cosa. Yo siento el dolor por la Patria. El dolor de la sociedad. El dolor de los argentinos, de los hermanos, de los compañeros.
-¿Sigue hablando con Mario Firmenich, otro de los integrantes de la cúpula de Montoneros que vive en España?
-Telefónicamente. Vía familiar. A través de gente que viaja. Cada tanto sí. No tenemos un vínculo estrecho pero sí, cada tanto nos hablamos.
-¿Y han hablado por la indemnización a las familias de los soldados que mataron en la toma del Cuartel de Formosa durante la “Operación Primicia”?
-No, no.
-¿Y sobre ese tema qué piensa, cuál es su opinión? El resarcimiento fue aprobado por el Congreso pero aún no se efectivizó.
-La verdad es que no lo he pensado seriamente. No sé qué tiene que ver el soldado…no lo he pensado, no, no.
– ¿Cómo qué tiene que ver el soldado? Eran soldados, estaban haciendo la colimba. Yo hablé con alguno de los sobreviviente, apenas si habían disparado en la instrucción….Estaban ahí porque les tocó estar por obligación, no por elección. No eran enemigos, eran soldados de la Patria.
-Sí, claro (tose).
-¿Sobre eso no se hizo ningún replanteamiento?
-No. La verdad no pensé cual sería una solución equitativa al problema. Yo reconozco el tema de los soldados. Merecen algún mecanismo de respuesta por parte del Estado que tendría que haberse dado hace años.
-¿Y hay alguna autocrítica sobre la “Operación Primicia” y el asesinato de los soldados?
-No. Eso era parte de una lucha. Y en la lucha uno no elige con quién va a pelear, es decir la circunstancia. De alguna manera los soldados eran el instrumento de aquella política de la dictadura o de los gobiernos, del poder estatal o paraestatal. No eran cosas que uno pudiera elegir.
-No nos vamos a poner de acuerdo en ese tema ¿Qué participación tuvo usted en la “Operación Primicia”?
-Directamente no participé de ese hecho. Había otro compañero de conducción que estaba participando.
-¿Pero sí del diseño, de la planificación del asalto al Regimiento de Monte?
-De definición, de la aprobación del hecho sí, participamos. Conocíamos el hecho y formaba parte de la estrategia global sobre la cual estábamos avanzando.
– ¿Qué hubiese pasado si ganaba la guerrilla, si ganaban los Montoneros?
-No sé. Pero sí sé qué es lo que pasa hoy.
-¿Y qué pasa hoy?
-(Se ríe) Usted viene de preguntarme por Guernica. Eso pasa hoy. (Engola la voz) después de 38 años de democracias. De la vuelta a esta democracia formal donde gobernaron todos, peronistas, radicales, de izquierda, de arriba, de abajo. Después de 38 años y ese discurso de (Raúl) Alfonsín que “con la democracia se come, se cura, se educa”, bla, bla, terminamos así. Hay algo mucho más profundo que está pasando en esta patria nuestra. Yo estoy seguro de que si ganábamos nosotros no terminábamos así ¿Qué hubiéramos hecho? No lo sé. Pero lo que sí se es que esto no hubiese pasado. Las comparaciones de los procesos histórico son complicados, y más aún cuando se habla tanto y llama tanto la atención los hechos montoneros. Acá hay que preguntarse forzosamente una cosa: ¿Qué han hecho de la patria?, ¿Qué han hecho de la Argentina?, ¿Qué han hecho de la sociedad? Han gobernado todos. Fundamentalmente gobernó un peronismo que de peronismo tiene muy poco. Tiene muy poco y nada que ver con aquel peronismo de los sueños, y de las ideas de la patria liberada. O del sueño del peronismo original del 45 al 55, el de la resistencia obrera; o de los años ’60. En fin, es largo.
-¿Y hoy por hoy, con quién se siente identificado políticamente?
-Con ninguna de las fuerza políticas electorales. Con ninguna. La patria avanza hacia una situación distinta. Todos los días hay pequeños estallidos. Hay que pensar en la construcción de un modelo distinto. De algo diferente. Estoy terminando de escribir un libro, que empezó con un trabajito publicado hace unos años y que se llama “Prisionero de esta democracia”. La reedición de este libro, al que le agregué algunos capítulos. En uno de ellos hablo sobre la idea de pasar del Estado Nación al Estado Plurinacional y de construir otro tipo de régimen estatal. Hay que pensar en dar vuelta la realidad. Darla vuelta en serio. Es una construcción que no se hace el día de la revolución, es una construcción que se hace todos los días.
-¿Y como se hace la revolución que propone en esta Argentina?
-¿Con qué insumos? Y mire Guernica. Mire las quejas por todos lados. Ese es el insumo sobre el que hay que construir el futuro. Aunque yo no lo vea. Eso no importa. Este país va a ser, si es que tenemos país, radicalmente distinto al actual. El modelo social también va a ser distinto. Esta democracia, este Estado, se está muriendo. El feudalismo comenzó a caer después de una peste gigantesca allá por el siglo XIV y yo creo que esta pandemia es el punto de inflexión de este modelo que viene de la modernidad, que viene de romper con la naturaleza. Con la idea de que la ciencia y la técnica resuelven todo. Este modelo se cae. Faltaran 10, 15, 50 años, pero este modelo capitalista asentado en la modernidad va a desaparecer y aparecerá otro. Este sistema no es capaz de combatir este bichito casi invisible que es el virus del Covid. Mi apuesta es esa, y mientras tenga vida voy a luchar por eso.
-¿Como se imagina ese nuevo modelo en nuestro país?
-No es imaginable la existencia de grandes centros como este Buenos Aires y este suburbano que tenemos donde se amontonan las ciudades y tenemos los campos vacíos. O tenemos una Patagonia absolutamente vacante y vacía al servicio de cuanto poder imperial se le ocurra instalarse en ella. Hay que generar ciudades productivas y no estos asentamientos pobres donde la gente sobrevive, como en Guernica. Vamos hacia ese nuevo sistema o hacia el suicidio colectivo.
-¿Ve en la Argentina a algún dirigente que pueda llevar adelante los cambios que usted propone?
-Primero, el hecho es colectivo. Los dirigentes aparecen en el transcurso de la lucha. Hay dirigentes como (Juan) Grabois que tienen más claro que rumbo va tomando todo esto. Grabois va y viene, negocia, arregla, sale, pone, entra. Pero tiene lucidez en marcar hacia donde estamos marchando. Otros grandes dirigentes, como Cristina (Fernández de Kirchner) no tienen idea de hacia dónde estamos marchando. Tenemos una dirigencia formada en otras raíces. El propio Perón, con todas las criticas que uno puede llegar a hacerle, comprendía los fenómenos mundiales. Y Evita, sin comprenderlo cabalmente, sentía esos fenómenos mundiales. Hoy en día la dirigencia nuestra no lo entiende.
-¿Y el presidente Alberto Fernández sabe hacia dónde vamos?
-(Se ríe) No tiene ni idea. No tiene ni idea.
-En los años 70, intentaron una revolución guerrillera para llevar adelante los sueños que usted me dice que tenían. ¿Qué tan lejos o cerca estamos de un intento revolucionario como el que propone en esta entrevista?
-Hubo momentos de lucha poderosos. Hoy en día eso no se vislumbra. Creo que aparecen cosas. A mi el fenómeno de Guernica me impresionó un montón. No fue que tres dirigentes y alguna organización se pararon y dijeron “vamos a producir Guernica”. No. Lo produjo la gente. El pueblo con su necesidad, y alguna organización, con mayor o menor lucidez se sumaron a eso y pusieron un entorno para hacerlo caminar. Nada más. Es una demanda social colectiva imparable que por ahora no tiene la profundidad de la primera resistencia peronista como la nuestra.
-¿Usted forma parte de la estrategia de los abogados que conforman la Gremial Sindical que defienden a los que tomaron los terrenos de Guernica?
-Yo soy parte de esa estructura. Las cosas las discutimos, las participamos.
-¿Como abogado de la Gremial Sindical habló con Axel Kicillof del tema Guernica?
-No. Siempre hablamos con los ministros de él. A Kicillof no lo conozco. Hablé con los ministros de acción social, con los de tierras, con la gente de vivienda, con la gente de seguridad.
-¿Habló con Andrés “Cuervo” Larroque?
-Sí, sí claro. Estuve dos o tres veces con Larroque.
-¿Y también se reunió cara a cara con Sergio Berni, el ministro de Seguridad?
-Hablé varias veces con Pablo Fernández, el subsecretario del ministerio de Seguridad.
-¿Lo hizo telefónicamente?
-No. Me reuní personalmente con ellos para buscar soluciones al conflicto y que esto no sea un desgaste y un enfrentamiento dolorosísimo. Las puertas están abiertas todavía. Se abrieron algunas ventanitas. Estoy hay que resolverlo de la mejor manera posible y evitar una crisis. Todavía hay gente que no lo entiende.
-¿La propuesta de ustedes es tierra por tierra?
-Esa es la lógica de los compañeros que están en Guernica. Fueron hasta ese lugar buscando un terreno. No se van a ir sin un terreno. Ahí no fueron buscando un negocio. Fueron buscando un lote para construir una vivienda, fueron a buscar independencia.
-Esa gente que usurpó los terrenos, ¿no debería pagar por un lote en cómodas cuotas, o como puedan? ¿La lógica no sería esa?
-La opinión es unánime. Nos dicen “yo quiero pagar”. La inmensa mayoría son changarines que la pandemia los dejó sin nada. A medida que se les de una solución integral y accedan a un empleo y a un plan de vivienda van a ir pagando su cuota. Todos quieren pagar.
-¿Y usted está de acuerdo con eso?
-Acordamos lo que ellos digan. Como Gremial de abogados y abogadas no somos los que decidimos la línea de trabajo. Eso lo resuelven ellos.
-¿Qué piensa de Larroque?
-Es la nueva generación de dirigentes. Estos compañeros, el error de fondo que cometen es tener una enorme confianza en las decisiones que pueden tomar los de arriba. Larroque y estos nuevos dirigentes deben demostrar que son distintos. Hasta ahora están ahí.
-¿De los últimos gobiernos peronistas, a cual destaca?
-De Alberto (Fernández) se puede decir poco aún. Desde los intereses del pueblo, el mejor gobierno fue el de Néstor Kirchner a quien lo benefició el precio internacional de los comodities primarios. La soja a más de 600 dólares la tonelada lo favoreció y el gobierno lo distribuyó, no sé si de manera equitativa, pero sí beneficiando a los más necesitados. Pero no utilizó esos recursos para crear otro modelo. Siguió siendo el mismo esquema de siempre. En los primeros años del kirchnerismo tuvimos la oportunidad de introducir grandes cambios a este modelo que ya lleva unos 140 años y no lo hicimos. Desaprovechamos una década.
– Se dice, o algunos sostienen que Néstor y Cristina Kirchner eran Montoneros… ¿Fue así o no?
-…Yo sé que Néstor participó de organizaciones ligadas a Montoneros, como la JUP, la Juventud Universitaria Peronista de La Plata. Militó allí. Tenía un vínculo estrecho con Montoneros. Su conducción era montonera. Néstor formaba parte de esa práctica, sí, sí. Cristina de un modo más distante.