Saltar al contenido

Impacto: la misteriosa especie humana de los “hobbits” podría seguir viva, según un experto

mayo 16, 2022

Los avistamientos de un “hombre mono” en Indonesia podrían ser la prueba de que la especie Homo floresiensis, que se creía extinguida desde hace tiempo, sigue viva en la actualidad.

Una especie humana primitiva apodada «hobbit» y que se creía extinguida hace miles de años, podría seguir viva en la actualidad, según afirma un experto de forma controvertida.

Se cree que el Homo floresiensis, apodado «hobbit» porque medía alrededor de un metro, vivió en la isla de Flores, que ahora forma parte de Indonesia, hace entre 60.000 y 700.000 años.

Estos homínidos tenían un cerebro del tamaño de un chimpancé. Cazaban, fabricaban herramientas, utilizaban el fuego y vivían en una isla que nunca estuvo conectada con el continente.

Ahora, un antropólogo afirmó de forma sorprendente que el «hobbit» podría estar vivo en la actualidad.

En el debate entablado hasta ahora, algunos investigadores creen que esta especie es el resultado de la adaptación a un entorno aislado, como antepasados del Homo erectus o Australopithecus. Para otros, se trataría de un Homo sapiens enfermo, no proporcionado, microcefálico, o que sufría síndrome de Down, entre una larga lista de propuestas.

Gregory Forth, que trabajó en la Universidad de Alberta, Canadá, antes de jubilarse, sostiene que los avistamientos de un «hombre-mono» en Flores podrían ser una prueba de que el antiguo ancestro humano aún existe.

Según declaró a Live Science: «Sencillamente, no sabemos cuándo se extinguió esta especie o, de hecho, me atrevo a decir que ni siquiera sabemos si se exinguió. Así que existe la posibilidad de que siga viva».

Pero otros expertos en Homo floresiensis se muestran comprensiblemente escépticos ante esta afirmación aparentemente descabellada.

«Flores es una isla que tiene más o menos la misma superficie que Connecticut y en la que viven dos millones de personas en la actualidad», dijo John Hawks, paleoantropólogo de la Universidad de Wisconsin, Madison, a Live Science. La población está repartida por toda la isla», agregó.

«Siendo realistas, la idea de que haya un gran primate que no sea observado en esta isla y que sobreviva en una población que pueda sostenerse a sí misma es bastante cercana a cero», dijo Hawks.

Forth, que lleva haciendo trabajo de campo antropológico en la isla desde 1984, no está de acuerdo. A lo largo de los años ha oído hablar de una serie de avistamientos locales de pequeñas criaturas peludas y humanoides que vivían en el bosque y escribió sobre ellas en su investigación hasta 2003, que fue cuando se descubrió por primera vez el homo floresiensis y Forth hizo la conexión.

«Oí hablar de estas pequeñas criaturas similares a los humanos en una región llamada Lio, de las que se decía que seguían vivas, y la gente contaba cómo eran», explicó.

En un extracto de su nuevo libro, Forth escribe sobre una entrevista con un hombre que dice que se deshizo del cadáver de una criatura que no podía ser un mono pero que tampoco era humana, con pelo liso de color claro en el cuerpo, una nariz bien formada y un trozo de cola.

Desde que comenzó su investigación, Forth ha recogido 30 testimonios de criaturas similares que, según él, coinciden con la descripción del «hobbit».

Los huesos de Homo floresiensis -que se cree que proceden de al menos nueve individuos- se descubrieron por primera vez en Liang Bua, en Flores, en 2003. Los esqueletos incluían un cráneo completo.

Las pruebas más jóvenes de que los hobbits utilizaban la cueva se remontan a hace 50.000 años, según declaró a Live Science Elizabeth Veatch, zooarqueóloga que estudia la especie.

Quién es Gregory Forth

Gregory Forth se jubiló en 2019 como profesor del Departamento de Antropología de la Universidad de Alberta (Canadá), tras haber prestado sus servicios durante más de 33 años. Entre 1974 y 2018, completó 22 viajes de investigación de campo, con gran parte de su tiempo en Indonesia, especialmente en las islas orientales de Flores y Sumba (donde vivió continuamente durante dos años).

Sus intereses de investigación incluyen la religión local, la organización social, los mitos y otras formas de narración oral, la zoología popular (o «etnozoología») y la cognición comparada. Además de leer neerlandés, indonesio, alemán y francés, domina la lengua nacional indonesia y varias lenguas locales del este de Indonesia. Es miembro de la Royal Society de Canadá y publicó más de 100 artículos académicos y 11 libros académicos.

Clarín