Dicen que todavía no trasladaron el impacto de la devaluación y el aumento del crudo a los precios de manera plena. En junio, un incremento impositivo agregará hasta 2,5% a los combustibles
La suba de las naftas cada primero de mes ya es un clásico de estas épocas. Las petroleras trasladan a los consumidores finales el costo de la devaluación y el aumento del precio internacional del crudo, los dos componentes principales de los precios de los combustibles. También transmiten a los usuarios los incrementos impositivos. En junio, actualizaciones de impuestos agregarán hasta 2,5% a los precios en los surtidores. Pero no será el único incremento. Las empresas coinciden en que los precios están debajo de lo que deberían.
Según los cálculos del ejecutivo de una de las petroleras más importantes del país, el vaivén del dólar representa aproximadamente el 80 o el 90 por ciento del costo del combustible, antes de impuestos. El resto de la variación obedece al precio internacional del crudo, en un mercado desregulado en el que el barril cotiza a valores globales para favorecer inversiones en Vaca Muerta.
Desde diciembre, el crudo se encareció en la Argentina por dos factores: porque subió su cotización en dólares en el mercado internacional y por la devaluación. El barril de petróleo brent aumentó en lo que va del año un 24 por ciento en dólares y, como el dólar trepó 19 por ciento en el país, el crudo se encareció casi 50 por ciento en pesos. Los combustibles, en tanto subieron en torno al 13 por ciento desde diciembre.