Tras ser uno de los nombres polémicos que integraron el vacunatorio vip, el veterano político peronista salió ahora a bancar al actual mandatario y dijo que con las críticas «se exagera».
«No lo juzgo mal, para nada. Se exagera. Son esas peleas estúpidas de un lado y otro de la grieta. Son temas menores. Todos se movían como podían. No hay que exagerar con los problemas graves que tiene el país», sentenció.
En diálogo con Chiche Gelblung, por Radio Colonia, recordó que cuando él gobernaba la Argentina vivió poco tiempo en la Quinta Presidencial, pero dejó una anécdota desconocida hasta el momento.
«Yo vivía en Lomas y volvía. Lo que pasa es que en ese momento uno no podía volver porque estaba la gente en la puerta de mi casa, enojada con el que se vayan a todos. Cuando podía, regresaba a Lomas», arrancó Duhalde.
Según su opinión, en la Quinta de Olivos «se vive como en cualquier lado» y volvió a respaldar a Fernández. «Cuando uno está ahí siempre tiene trabajo y cita a gente», dijo en tono comprensivo.
Pero de inmediato Duhalde se hundió en una anécdota delirante. Literalmente.
«En el caso mío, en marzo del 2002 empecé a alucinar por lo tanto vinieron los adventistas esos de Entre Ríos. Ahí sí me quedé un tiempo porque me hacían no solo la comida sino masajes. Alucinaba que veía un río y pescaba saltando. Esa era la alucinación», insistió y sorprendió con el relato el expresidente.
«Seguro era por el estrés. Uno no puede tener uno, diez o quince impactos psicológicos todos los días y mantenerse bien. El ser humano no está preparado para eso», explicó sobre ese momento.
Luego confirmó que durante el 2020 visitó a Fernández en la Quinta «unas cinco o seis veces». Y dejó una frase aún más sorprendente: «Lo encontré como estaba yo cuando pasó eso (las alucinaciones)». «No se cuidan y no hay superhombres», remató.
«Es fácil gobernar»
Según su visión, lo más grave que ve de la Argentina en este momento es «la incapacidad de la dirigencia para entender el momento y tomar medidas en consecuencia».
«Gobernar es fácil para los que saben. Como operar un apéndice es fácil para un médico o un cirujano, pero hay que saber. No se saben las cosas más elementales», disparó, aunque sin precisar a quién.
Dijo que a él le toca enseñar esas cosas todos los años en la universidad Camilo Cela de Madrid donde da «lo básico de la gobernanza».
«Son tres cosas: orden, control y respeto. Sin orden y control no funciona ni siquiera una familia. Nadie funciona sin eso», explicó.
«Pasados 40 años del golpe militar asesino que tuvo la Argentina, se puede hablar de orden. Pero cuando yo fui presidente tuve que explicar: orden democrático, sin casco ni bayoneta. Hablabas de orden y decían que ‘este está con los milicos’. Pero ya pasó», analizó.
Luego dijo que «orden no hay, control menos y respeto a nada». «Respeto a la gente, a los países vecinos… no hay respeto para nada. Así no se puede vivir ni organizar un país», sentenció.
Duhalde dijo que esto se recupera «con un gobierno que entienda primero que los problemas del país más que la deuda son lo que no se produce».
Por último, confesó que en las últimas dos elecciones no votó. «Nunca se gana o se pierde por un voto. La verdad es que no voy a participar en nada», concluyó sobre los próximos comicios.