Su madre relató que «el sábado cerca de las 20 mi hija andaba descalza, ya que hacía calor y estábamos descansando. Al pisar afuera en la vereda sintió que algo picó su pie. El dolor e irritación fue inmediato y cada vez más intenso. En menos de 10 minutos ya tenía una lista colorada que subía por su tobillo».
Rápidamente sus familiares salieron a ver qué había ocurrido y se encontraron con la oruga debajo de una alfombra.
«En cuestión de minutos a mi hija le empezó a picar la garganta, le faltaba el aire y estaba mareada. Sabíamos que todo insecto de color brillante podía ser venenoso, por lo que la trasladamos al sanatorio Garat de urgencia. Allí le aplicaron corticoides», relató.
Se supo que la joven estuvo internada durante un día en observación pero finalmente, le dieron el alta.
Oruga taturana
Al tomar contacto con la piel puede provocar edemas y hemorragias en distintas partes del cuerpo, además de un intenso dolor y alteraciones en la coagulación sanguínea.
Si bien la presencia de la taturana (Lonomia obliqua) estaba circunscripto al Norte de Misiones y a la zona limítrofe con Brasil, la oruga amplió su territorio y con ello se incrementa la posibilidad de accidentes. Según se pudo saber, hay de distintos colores.