Las condenas no logran escarmentar a Alejandra Ledesma. La mujer de Concordia tiene su tercera causa por narcotráfico, pero esta vez por lavado de activos proveniente de la venta de drogas. Pese a haber caído ya dos veces, logró la prisión domiciliaria y desde su casa hizo crecer su emporio. Con pequeños comercios y la adquisición de vehículos intentaba blanquear las ganancias millonarias de la venta de cocaína. El fin de semana, tras una investigación de Toxicología instruida en el Juzgado Federal de Concepción del Uruguay, el clan familiar conocido como Las Tanas, fue desbaratado con Ledesma a la cabeza y sus 11 colaboradores (entre ellos su hija Romina Baglietti), y el secuestro del cargamento de 14 kilos de cocaína sin cortar, valuado en más de 5 millones de pesos.
Luego de varios meses de investigación, se llevaron adelante 18 allanamientos en la zona sur de Concordia, territorio de dominio desde hace años por parte de Las Tanas. El fuerte de Ledesma, su familia y allegados es el barrio Cabo 1° Sendrós, donde han desplegado su negocio, muchas veces con el uso de violencia.
En los procedimientos, de los que participaron 190 policías de distintas delegaciones de Toxicología y de grupos de infantería, detuvieron a 12 personas e identificaron a otras 34. Los arrestados serán trasladados hoy a Concepción para las indagatorias en el Juzgado Federal. A cada uno les endilgan un rol en la banda, según lo advertido en la investigación, tanto por tareas de campo como en escuchas telefónicas.
La magnitud del negocio ilícito manejado por Las Tanas se evidenció en la cantidad de droga hallada, pero también en una suma millonaria de dinero efectivo incautado, en siete autos y camionetas y nueve motos, algunas de alta cilindrada, según informaron a UNO fuentes cercanas a la causa.
Patrimonio injustificable
En cuanto al delito de lavado de activos provenientes del narcotráfico, se indicó que las actividades lícitas que desarrollaba la organización, como pantalla para disimular las ganancias que mostraban en los bienes que adquirían se constataron principalmente locales comerciales pequeños, como pañaleras y tiendas de ropa.
También se sospecha que el movimiento de vehículos les permitía también sacar provecho de los dividendos de la venta de cocaína en el circuito legal de automotores. También tienen varias viviendas, en particular una quinta de importantes dimensiones en Puerto Yeruá, que también fue allanada durante los procedimientos.
Esto será imputado hoy en las indagatorias, tras las cuales se podrán conocer mayores precisiones del movimiento de bienes. Se estima que la acusación será similar a la que llevó a prisión, en Paraná, a Claudia Bernal. La mujer, líder de su clan narco de Villa Mabel, fue la primera sentenciada por lavado de activos en la provincia. Acumuló un patrimonio de viviendas y vehículos que no pudo justificar, y se explicó en la venta de drogas demostrada en la investigación de la Policía Federal. La condenaron a cinco años y dos meses de prisión.
Carrera delictiva imparable
La primera condena para Alejandra Ledesma fue por la segunda causa federal que tuvo. En 2014 ya todos sabían de qué se trataba el próspero negocio familiar de Las Tanas. Por eso, hubo vecinos que denunciaron públicamente en medios locales lo que sucedía, cansados no solo de la venta de drogas sino de la violencia que esto acarreaba, ya que se disputaban a los tiros el territorio con otras bandas. Así se inició una investigación que terminó con su detención, su hermana Carmen y su hija Baglietti. Se evidenció en esa pesquisa que utilizaban a menores como “satélites” de la organización. En el juicio realizado en 2016 las tres fueron condenadas a prisión por vender cocaína: Alejandra recibió la pena mayor, de seis años, por involucrar a su hija adolescente en la actividad delictiva, ya que en el procedimiento a la chica le encontraron 19 envoltorios de cocaína por 116 gramos.
Después llegó a juicio la causa anterior, en la cual no se logró demostrar que la droga que le encontraron en su vivienda fuera para comercializar, por lo cual le impusieron la pena tres años de prisión, que acordó en un juicio abreviado. Fue un hecho que demoró mucho en llegar a una sentencia, ya que ocurrió el 20 de diciembre de 2011.
Como ninguna persona puede estar cumpliendo dos penas al mismo tiempo, el 5 de abril de este año se realizó la audiencia de unificación de penas de Ledesma. La jueza del Tribunal Oral Federal de Paraná, Noemí Berros, impuso una sanción intermedia entre lo pedido por el fiscal general José Ignacio Candioti y el defensor Juan José Buktenica, de siete años y cinco meses de prisión. “Estamos en presencia de ‘una tipología delictiva que afecta seriamente nuestro entramado social’ (…) y que se halla enmarcada en la compleja realidad y estructura dinámica del narcotráfico”, remarcó Berros en el fallo.
Lo que no habían advertido entonces, era que mientras Ledesma pedía una pena más baja por las dos condenas, seguía dirigiendo su negocio narco.
Por José Amado