La golpiza continuó. El encargado, según revelaron fuentes extraoficiales, fue obligado a permanecer boca abajo mientras le pegaban en la espalda con un palo y le apuntaban con un arma.
Según contó a la policía, los asaltantes le pedían plata y él les respondía que no tenía. Siempre boca abajo, escuchó que entraban y salían varias veces sin hablar entre ellos. Finalmente, antes de huir del lugar, le colocaron una bolsa de nylon en la cabeza y le advirtieron que se quedara quieto porque si no lo iban a lastimar.
El encargado contó a la policía que recién unos 15 minutos más tarde, después de escuchar el ruido de un auto que arrancó, se animó a levantarse. Enseguida recorrió las instalaciones y notó que faltaban dos garrafas de 10 kg, una motoguadaña marca sthill, un taladro eléctrico, un compresor mediano, un cajón con herramientas varias y una bomba.
En el lugar del asalto, actuaron integrantes de la División Criminalística y también de Investigaciones, mientras que la investigación del hecho recayó en la Fiscal Julia Rivoira.