El pasado lunes, Estela Miño y Domingo Veronesi, presidente y secretario de Codegu, respectivamente, recibieron la visita de Javier Prida, presidente de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (CAPIA), quien acompañado del diputado Nicolás Mattiauda, planteó su preocupación en torno a la cuestión sanitaria que conlleva la decisión de permitir la cría de aves de corral en hogares particulares, ello en virtud de la ordenanza municipal aprobada recientemente.
Prida sostuvo que existe “un riesgo sanitario enorme” porque estos emprendimientos generalmente no pueden cumplir con la legislación nacional al respecto y han sido experiencias que han fracasado rotundamente en otras provincias y países de América. “Al Estado se le hace imposible controlar en tiempo y forma y eso es un riesgo inmenso para la producción entrerriana y para la salud de la población”, resumió.
El titular de CAPIA aclaró que “de ninguna manera estamos en contra del incentivo y el fomento de la avicultura familiar. Lo que sí nos preocupa, y mucho, es que todas las experiencias similares aplicadas en otras provincias han fracasado rotundamente, ya que han generado inconvenientes sanitarios por falta de control estatal”, agregó.
Desde Codegu escucharon atentamente los argumentos de Prida y se comprometieron a generar en conjunto un encuentro que reúna a los actores sanitarios y políticos para debatir la aplicación de la normativa local: “Entendemos que tanto la Municipalidad, el Ministerio de la Producción de Entre Ríos y el SENASA deben participar para ver los pasos a seguir”, indicaron.
“La resolución 1699/2019 del SENASA reglamenta las explotaciones avícolas, sean familiares o intensivas. En esa norma se indican todos los pasos a cumplir en materia sanitaria y no hay forma alguna que el Estado pueda controlar –por logística y personal- su aplicación en casas particulares. Eso, lisa y llanamente, pone en riesgo sanitario a toda la producción avícola entrerriana que es la más importante de la Argentina”, remarcó Prida.
Para el presidente de CAPIA “debe entenderse que Argentina está libre de muchas enfermedades por el celo en los controles. Eso no ocurre por ejemplo con países limítrofes en relación a algunas afecciones y este tipo de ordenanzas pone en jaque todo lo conseguido”, aseguró, al tiempo que destacó que “los riesgos potenciales son inmensamente mayores a los posibles beneficios. Hay que decirle la verdad a la gente, que si quisiera cumplir con los controles correspondientes, resulta antieconómico por demás. Y de no hacerlo, y de constatarse el origen de alguna enfermedad sólo puede aplicarse el rifle sanitario, o sea la muerte de todos los animales de ese emprendimiento y de todos los del área”, informó.
Por último, tanto desde Codegu como de CAPIA coincidieron en la necesidad de ahondar en la temática, reuniendo a la brevedad a los funcionarios competentes para conocer de primera mano si se han tenido en cuenta las previsiones necesarias para evitar un desastre sanitario y productivo en la provincia de mayor injerencia avícola de la Argentina.