La sífilis, una infección de transmisión sexual producto de relaciones sexuales sin protección, viene creciendo en el país y en los últimos años, y Entre Ríos no está ajena a esa tendencia: la tasa de incidencia en la Provincia está por encima de la media nacional.
El pico de la enfermedad, 56,1 personas por cada 100.000 habitantes para ambos sexos, se registró en 2019. En 2020 se produjo una caída pronunciada, con una tasa de 23,3 por 100.000 habitantes, y en 2021 volvió a ascender, y llegó a un índice 26,5 personas cada 100.000 habitantes.
En cuanto a la distribución por edad, son adolescentes y jóvenes, tanto varones como mujeres, quienes registran la mayor cantidad de casos. En tal sentido, el grupo de 15 a 24 años concentra casi el 44% de los reportes, seguido por el grupo de 25 a 34 años, con 31,4%.
En 2022, según la proyección del Ministerio de Salud de la Nación, las cifras volverán a crecer y se ubicarán en los valores prepandémicos.
En lo que respecta a Entre Ríos, en 2021 se diagnosticaron 628 casos, lo que representa una tasa de incidencia de 44,9 cada 100.000 habitantes, por encima de la media nacional, que es 26,5. De ese total, 221 corresponden a varones y 407 a mujeres.
Qué es
La sífilis es una infección de transmisión sexual de origen bacteriano en la cual una persona recibe la bacteria al mantener relaciones sexuales sin utilizar protección (preservativo o campo de látex).
Eduardo Elías, titular del Programa de VIH-Sida, ITS (Infecciones de Transmisión Sexual) y Hepatitis Virales, recordó las principales medidas de prevención para evitar el contagio de sífilis, una infección de transmisión sexual producida por una bacteria que se transmite al mantener relaciones sexuales sin protección, es decir, sin utilizar preservativo o campo de látex, durante el sexo genital y oral con una persona infectada. Por lo tanto, se debe tener presente el uso de elementos barrera en las relaciones genitales.
En cuanto a los síntomas, se presentan tres etapas y las manifestaciones clínicas cambian y se agravan a lo largo de la evolución. Al respecto, el titular del Programa, Eduardo Elías, indicó: “Inicialmente aparece una lesión en la zona genital, llamada chancro, que son llagas indoloras que pueden pasar desapercibidas al ocurrir en el aparato genital femenino. Esta ulceración suele desaparecer en un plazo de tres a seis semanas”.
Además, Elías continuó: “Después de unas 8 semanas, pasa a una etapa secundaria que es más sintomática. En este caso se produce un cuadro dermatológico generalizado, aparecen manchas y sobreelevaciones descamativas (a veces son de color rosado) y ocasionalmente presenta fiebre. Cuando el individuo supera estos signos parece curado, aunque en realidad está en etapa de latencia”.
Tras un tiempo prolongado sin tratamiento, que puede ir de 5 a 20 años, causa afecciones del sistema nervioso central, con lesiones irreversibles, alteraciones motoras, afectando también las funciones neurocognitivas, el corazón y los vasos sanguíneos.
En el caso de una persona gestante que esté infectada, puede transmitírsela al bebé durante el embarazo o parto, resultando sífilis congénita. Si no se detecta a tiempo, puede presentar lesión neurológica, sordera o ceguera. También puede causar aborto espontáneo o muerte fetal.
El diagnóstico se realiza a través de una prueba de laboratorio, en la cual se toma una pequeña muestra de sangre a la que se le realiza un estudio de enfermedades venéreas en la cual se buscan los anticuerpos. El tratamiento es con antibióticos, que siempre deben ser indicados por un médico, el cual es curativo y no deja secuelas si se realiza en la etapa primaria o secundaria.
Elías señaló: “Debemos concientizar de que si mantenemos conductas inseguras como son las relaciones sin preservativo, entonces hay que realizarse análisis y testeos periódicamente, para ver si estamos o no en diagnóstico. Lo más importante es tener presente la prevención, y a partir de ahí, si no está, la concientización en realizarse los chequeos”.
Por último, el infectólogo añadió: “Hay que desterrar la idea de que una de las personas siempre es la responsable. Todos debemos ser conscientes en nuestras acciones y hábitos, porque si yo tengo una acción de prevención siempre, no me tendría que preocupar por enfermedades de transmisión sexual”. Además, remarcó: “Lo importante es testearse, que lo podemos hacer en forma gratuita, tanto en el efector público como en el efector privado, ya que está garantizado por ley. Es decir, las obras sociales deben cubrirlo obligatoriamente sin costo para el afiliado”.