La misiva exhibe una realidad insoslayable: los sanatorios necesitan de los médicos para hacer efectivas las diversas prestaciones. De no contar con ellos, resulta de “imposible cumplimiento” dar respuestas a los afiliados a la obra social.
Ante tal escenario, los sanatorios le piden al IOSPER un “plan B”. O sea, que les haga conocer “el modo previsto” para el tratamiento de los afiliados en medio de “estas circunstancias extraordinarias”. Por ejemplo, si deberán hacerse “derivaciones” de los pacientes.
La carta se preocupa por dejar en claro que los sanatorios no tienen hoy diferencias contractuales con el IOSPER y que las dificultades que sobrevendrían a partir de Junio constituyen un efecto colateral de un conflicto del que no son parte: “La Cámara Sanatorial de Concordia hace saber que sostiene y prioriza el convenio que la vincula con IOSPER –dice el documento- y compromete sus mayores esfuerzos para evitar quedar sin prestaciones médicas y solicita se hagan los mayores esfuerzos para solucionar dicho conflicto a la mayor brevedad”.