Hoy comienza el invierno, la estación más fría del año. Y con el descenso de las temperaturas se incrementan los riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares, como la cardiopatía isquémica, la angina de pecho y el infarto agudo de miocardio. Según explican los especialistas, esto se debe a que el frío es un vasoconstrictor, por lo que las arterias se cierran y es más fácil que se produzca estas afecciones.
Julio Kramer, médico cardiólogo de Paraná, comentó a UNO que entre los factores de mayor riego se incluyen la hipertensión arterial, la diabetes y el tabaquismo, que son modificables; y también la edad y el sexo del paciente, que no lo son. “Estos cinco factores de riesgo son los más importantes ante la enfermedad cardiovascular, que produce 100.000 muertes por año en la Argentina”, afirmó.
El profesional observó que se generan más decesos por esta causa que por la pandemia del coronavirus, aunque aclaró que “esto no le resta importancia a una cosa o la otra, sino que es importante tratar y abordar las dos y darles lugar”. En este marco, indicó: “El tema es que a veces, en lo que respecta a los sistemas de salud y a los medios de difusión, están abocados exclusivamente a tratar el tema de la pandemia. Ni hablar si una persona quiere hacer una consulta o una evaluación rutinaria, que generalmente hoy la pospone o la deja en un segundo plano, quizás por el miedo a ir a un -consultorio o un hospital y contagiarse de Covid-19; o la presunción de que hay una disminución en la atención y demás, aparte de que realmente existe una limitación de los recursos destinados a patologías generales, como son por ejemplo las cardiovasculares”.
En este marco, hizo referencia a la hipertensión arterial, que suele ser uno de los mayores factores que inciden en la enfermedad cardiovascular. “Es un factor de riesgo y una enfermedad en sí misma, que reviste mucha importancia y que requiere de atención, aun dentro del contexto de la pandemia, porque produce secuelas y muchísimas muertes en la población”, advirtió.
A su vez, explicó: “Hay estudios hechos que confirman que el frío o las diferencias estacionales afectan las enfermedades cardiovasculares. En algunas localidades donde se han hecho investigaciones, se ha visto que en las etapas de temperaturas más bajas hay mayor incidencia de descompensaciones cardiovasculares que en épocas de menos frío o de calor”.
El especialista señaló que en la práctica diaria del consultorio también en este tiempo de mayorfrío es cuando se ven más pacientes hipertensos, y sostuvo: “Estamos acostumbrados, durante las etapas de frío, a tener que reforzar o aumentar la dosis de algunas medicaciones, porque los valores de presión suelen aumentar, ya que el frío incrementa el tono arterial. Y en definitiva, es lo que hace que tengamos que aumentar por ahí las medidas terapéuticas de los pacientes hipertensos, ya que el frío repercute en la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares, hay más incidencia de infartos en épocas invernales que en verano o tiempos más templados”.
Asimismo, aseveró: “El frío aumenta la enfermedad cardiovascular, la hipertensión arterial y la necesidad de medicación, así como también crece el número de pacientes que están mal controlados”. Sobre este punto, detalló: “Entre el 30% y el 35% de la población tiene hipertensión, pero de ese porcentaje, un 50% no lo sabe; y del 50% que está diagnosticado, la mitad tiene controlada la enfermedad y el resto no. Por eso es fundamental la consulta, aunque uno no tenga síntomas, porque de esto resulta que se tenga más calidad y cantidad de vida”.
Incidencia del estrés
Kramer aseguró que el estrés también impacta en las enfermedades coronarias: “Se han hecho estudios en ciudades que están sometidas a conflictos bélicos donde aumenta la incidencia de infartos de miocardio. Y si bien no hay tantos estudios, porque es muy nuevo, sobre cómo afecta el estrés por la pandemia, presumo que si nos ponemos a investigar, seguro va a haber incidencia en relación a enfermedades cardiovasculares, a hipertensión, infarto y estrés relacionado con la pandemia, con las situaciones de encierro, la depresión”, dijo, y evaluó: “Las personas que padecen depresión tienen mayor riesgo de sufrir un infarto y sobre esto también hay estudios”.
Sobre el estrés que puede producir la pandemia analizó: “Ha hecho estragos a nivel psíquico y también en los hábitos: si se tenía la costumbre de hacer alguna actividad física, con estos aislamientos mucha gente se vio forzada a interrumpirla, cuando lo recomendable para tener salud cardiovascular es hacer una hora de ejercicio moderado cuatro veces a la semana como mínimo”.
“El otro tema que tiene que ver con los hábitos saludables es la alimentación, que también se ha visto afectada, porque uno está más horas dentro de su casa, hay una disminución de la capacidad de salir y elegir alimentos, y se opta a veces por lo rápido, que no necesariamente es lo más saludable, y se adquieren hábitos como consumir más hidratos de carbono y cosas que pueden ser perjudiciales”, observó.
“Hay para incrementar todo lo que sea saludable: hacer actividad física al menos una hora, cuatro veces a la semana; comer saludable, que significa tener un equilibrio entre un 30% de hidratos de carbono, un 30% de proteínas, y el resto mucha fibra. Por ahí no lo hacemos, y eso sumado al estrés y al aumento de los factores de riesgo que puede tener la persona de por sí, como la hipertensión, la diabetes, el colesterol, forma un combo que hace que esto realmente se pueda considerar otra pandemia”, remarcó.
Por su parte, el médico Luis Larrateguy advirtió que el consumo excesivo de sal también contribuye notablemente a que haya más personas hipertensas. “El frío contrae las arterias y eso puede elevar la tensión arterial, pero el problema fundamental es el alto consumo de sal, cuando en realidad el organismo no lo necesita”, dijo. En este sentido, subrayó que los productos envasados o enlatados tienen alto contenido de sal –o benzoato de sodio–, incluso en los que son dulces, como por ejemplo el durazno al natural.
Por Vanesa Erbes Diario UNO